Compilado por Graciela Sepúlveda
Caminando uno de estos días por un almacén de gran prestigio se me acercó una señorita ofreciéndome un papelito con una fragancia, era de Estée Luder, y ahí surgió mi interés por saber más de ésta compañía que, según yo, podría ser de las más grandes en el mercado de los cuidados de la piel y fragancias y quería saber cómo inició y quién era Estée Lauder, les comparto todo lo que completamente maravillada fui descubriendo…
Aunque ella guardaba cuidadosamente el secreto de su edad (“es el mejor secreto guardado desde la invasión del Día-D” escribió en su autobiografía, “Estée, a Success Story”) es ampliamente aceptado que Josephine Esther Menzer nació el 1º de julio de 1908, su papá era checoslovaco y sostenía a su familia siendo sastre, después abrió una ferretería donde Estée (sus papás le querían poner Esty por una querida tía húngara, pero como era raro y no conocido quedó Esther, pero le decían Estée porque así lo pronunciaba su papá con su acento checo) tuvo su primera experiencia como vendedora, arreglando la mercancía y los aparadores. –no importa donde estemos, el interés y las inclinaciones se ven y se van desarrollando poco a poco-.
A ella siempre le llamó mucho la atención la belleza y el cuidado de la piel, pues su mamá se aplicaba cremas de belleza en la cara, cuello y manos además de que siempre se cubría con una sombrilla cuando salía a la calle, lo que a Estée apenaba mucho y se quedaba unos pasos atrás de su madre. Esta inclinación hacia la belleza se vio reforzada cuando un tío de ella llegó de visita de Hungría, él era un reconocido especialista de la piel en su país y captó el interés de Estée como nadie. Ella recuerda “Mi tío producía milagros y yo vi como él creaba una fórmula secreta, una mágica poción de crema blanca como la nieve, aterciopelada y dulcemente perfumada, que dejaba la piel como seda, lo miraba hipnotizada y aprendía como mezclaba los ingredientes en una cacerola sobre la estufa de gas de la cocina, trabajando con la pasión de un alquimista, yo creo que reconocí en mi tío John mi propio camino”. – es increíble como la vida te pone enfrente guías o señales que te ayudan a identificar los sueños que te hacen vibrar-.
Durante los siguientes años trabajó para perfeccionar las cremas de su tío, revolviendo las ollas en la estufa de la familia y untándoles a sus amigos y vecinos sus innovaciones.
Durante los siguientes años trabajó para perfeccionar las cremas de su tío, revolviendo las ollas en la estufa de la familia y untándoles a sus amigos y vecinos sus innovaciones.
En 1930 se casó con Joseph Lauder, se divorciaron en 1939 y se volvieron a casar en 1942, ella decía que como se había casado muy chica pensó que se había perdido muchas cosas de la vida, pero se dio cuenta que su esposo era el hombre más dulce que jamás había conocido, tuvieron dos hijos.
Una vez al mes, Estée iba a retocarse el color de su cabello y a amoldárselo al salón de belleza y mientras las mujeres permanecían debajo de las secadoras de pelo eléctricas ella aprovechaba para hablarles de la belleza y terminaba invitando a su casa a las que se interesaban para darles una rápida lección y venderles sus productos caseros. – cuando algo te gusta, te gusta, y te sale hasta por los poros, y además lo compartes con los demás-.
Un día la dueña del salón de belleza le preguntó que hacía para mantener su piel tan fresca y adorable y Estée aprovechó para llevarle sus productos y enseñarle como trabajaban, y terminando su demostración la peluquera le preguntó si estaría interesada en tener una licencia para vender productos de belleza en su nuevo salón, feliz aceptó, y decidió etiquetar sus productos como “Estée Lauder” pues su primer nombre, Josephine era muy largo. Empezó a trabajar y fue la pionera en la estrategia de ofrecer muestras de regalo junto con las compras lo cual le dio excelentes resultados de ventas.- que importante es ser innovador en cualquiera de las áreas en que nos desempeñemos, pues muchas veces es un detonador para el éxito-.
Tal fue su éxito que la invitaron a otro prestigioso salón de belleza a vender sus productos, y entrenó a una vendedora para que se encargara de ello, nunca tuvo socios, fuera, claro, de su esposo e hijos.
En 1946 los Lauder creaban formalmente la empresa que revolucionaría el mundo de la cosmética, Estée Lauder. Joseph, que tenía experiencia como director de empresa y de finanzas, encargó a su esposa que se dedicara exclusivamente de la producción y del marketing, mientras su adolescente hijo Leonard iba familiarizándose con el negocio.
El primer gran pedido de la compañía vino de “Saks Fifth Avenue” donde se vendió todo en tan solo dos días. Los Lauder eran los únicos empleados de su compañía y fabricaban las cremas en una estufa de restaurante y las entregaban personalmente. La asociación con Saks marcó un cambio en la historia de la compañía y les ayudó a entrar en otras tiendas de moda incluyendo Nieman Marcus, Marshall Field y Bonwit Teller. La idea de vender sus productos exclusivamente a través de puntos de venta en las mejores tiendas departamentales se volvió la estrategia que los especialistas en la industria creen que fue lo que los llevó al éxito fenomenal.
A principios de la década de los sesenta contrató al prestigioso fotógrafo Victor Skrebneski, que empezó a publicar revistas con despampanantes modelos, maquilladas con los nuevos productos de Estée Lauder, una práctica que ya no abandonaría.
Ya entonces la empresa había revolucionado el mercado con el lanzamiento de su primera fragancia, Youth Dew, creada en 1953. A ésta le seguirían con el tiempo otros emblemáticos perfumes: Esteé (1968), Azuree (1969), Aliage (1972), Private Collection (1973), Beautiful (1985) y Pleasures (1995). También fue la primera en lanzar una línea de productos para hombres, como Clinique, Origins, Prescriptive y, sobre todo, Aramis, creada en 1965 y relanzada en 1967.
En 1960 abrió su primer punto de venta fuera de Estados Unidos, en los almacenes Harrods de Londres, y en 1964 empezó su aventura con los productos de cosmética, que fueron otro éxito, hasta el punto de que en 1985, tras entrar, no sin dificultades, en Francia (en las Galerías Lafayette de París), Estée Lauder tendría ya presencia en setenta y cinco países. En total vendería más de dos mil colores distintos y productos, todos ellos fruto de una extensa investigación y elaborados siguiendo unos rigurosos controles de calidad, fabricados por cinco empresas diferentes.
En 1985 Lauder publicó su autobiografía, A success story, y en 1994 dejó por completo la empresa en manos de sus hijos: Leonard al frente de la presidencia y Ronald, que fue embajador del gobierno de Ronald Reagan en los años ochenta, en calidad de director de Estée Lauder International. En la empresa también ocuparían cargos importantes sus respectivas esposas, Evelyn y Carole, aunque la compañía empleaba también a otros grandes especialistas que no pertenecían al clan familiar.
En 1995 la empresa alcanzó un acuerdo con la firma Tommy Hillfiger para comercializar el perfume Tommy, y salió a bolsa. Fue valorada en unos 2.000 millones de dólares. Según datos de 2003, la firma, con presencia en más de 130 países de los cinco continentes, contaba con 21.500 empleados y con una facturación de 5.120 millones de dólares. A fines de ese mismo año, la revista Forbes calculó que la fortuna de los Lauder se elevaba a 4,744 billones de dólares.- o sea que yo si tenía razón de que es una de las compañías más grandes dedicadas a la belleza-.
Desde 1989, a instancias de su propietaria, el grupo Estée Lauder empezó a trabajar para movilizar a la opinión pública sobre la importancia de la detección precoz del cáncer de mama, en una misión que encargó a su nuera Evelyn. En 1992, Evelyn Lauder y el Vicepresidente Senior Corporativo de Estée Lauder Companies, Inc. crearon la campaña de la Cinta Rosada para apoyar la conciencia del cáncer de mama. Todos los cosméticos y los perfumes incluían folletos educativos y una cinta rosa y eran distribuidos con cada compra.
Quince años después del lanzamiento de la campaña, más de 60 millones cintas de color rosa se han distribuido en 50 países y la campaña se ha llamado, "La campaña más importante e influyente jamás creada para educar a las mujeres en todo el mundo sobre la necesidad de la detección temprana y el tratamiento del cáncer de mama. "-bien por Estée Lauder que se preocupaba también de la salud de las mujeres y utilizaba su prestigio y poder para ayudar a hacer conciencia de este problema-.
Quince años después del lanzamiento de la campaña, más de 60 millones cintas de color rosa se han distribuido en 50 países y la campaña se ha llamado, "La campaña más importante e influyente jamás creada para educar a las mujeres en todo el mundo sobre la necesidad de la detección temprana y el tratamiento del cáncer de mama. "-bien por Estée Lauder que se preocupaba también de la salud de las mujeres y utilizaba su prestigio y poder para ayudar a hacer conciencia de este problema-.
El año 2000 marcó el comienzo de la Iniciativa de Estee Lauder Companies 'Iluminación Global de Monumentos” en el que monumentos históricos se iluminan de rosa durante el mes de octubre para poner de relieve el cáncer de mama en todo el mundo. Monumentos participantes han incluido el Empire State Building, las Cataratas del Niágara, la Torre Inclinada de Pisa y la Torre de Tokio.
A lo largo de su intensa y larga vida, la fundadora de Estée Lauder se distinguió también por sus actividades filantrópicas con el Hospital Sloan-Kettering de Nueva York, o por sus aportaciones al fondo de la Universidad de Pensilvania y al Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA), entre otros. Fundó, además, el Joseph H. Lauder Institute of Management and International Studies.
Estée Lauder recibió numerosas condecoraciones, entre ellas la placa de honor del Colegio Albert Einstein (1968), la Insignia de Caballero de la Legión de Honor, que le otorgó el gobierno francés en 1978, la Manzana de Cristal de la Association for a Better New York (1977) y la Medalla de Oro de la ciudad de París (1979).
Además, en 1970, 575 editores de diarios y revistas financieras la eligieron la número uno entre las diez mejores empresarias de Estados Unidos. En 1984 fue elegida una de las siete mujeres más importantes del año, y, finalmente, en 1998, fue la única mujer en la lista de la revista Time de los 20 genios de negocios más influyentes del siglo XX. Además, en 2003, su compañía fue colocada en el 349 en la clasificación de las empresas mayores de Estados Unidos.
Al explicar su éxito, la reina de la cosmética dijo una vez: «Yo nunca he pasado un día sin vender. Si yo creo en algo, yo lo vendo, y lo hago agresivamente». Para ello, no le importó cortejar a los ricos y famosos e invitarlos a las fastuosas fiestas que celebraba regularmente en sus mansiones de Nueva York, Palm Beach, Londres o el sur de Francia.- cada quien tiene su estrategia que mejor le funciona-.
Para entender el alcance de las Compañías de Estée Lauder es importante conocer sus marcas conocidas internacionalmente, las cuales incluyen: Aramis, Bobbi Brown, Burt’s Bees, Clinique, Cover Girl, Donna Karan, Kate Spade, Lancome, L’Oreal, MAC, Maybelline, Michael Kors, Origins, Prescriptives, Revlon, Sean Jean, and Tommy Hilfiger.
Estée Lauder decía: “Si tienes una meta, si quieres ser exitoso, y si realmente quieres hacerlo y convertirte en otra Estée Lauder, tienes que trabajar muy duro, apegarte a eso y tienes que creer en lo que estás haciendo”.
Estée Lauder, otro ejemplo de que el éxito se puede lograr haciendo lo que disfrutas y trabajando muy duro.
Ella murió el 26 de abril de 2004, tenía alrededor de 95 años, pues nunca se pudo comprobar su verdadera edad.
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