sábado, 14 de julio de 2018

Héroe anónimo de la compasión


Compilado por Graciela Sepúlveda

Qué triste es ver el sinnúmero de desgracias y destrozos, en todos los aspectos, que dejan las guerras, cuántos niños sin padres, cuánto dolor y angustia, y solo para que unos cuantos puedan tener poder, dinero o un pedazo más grande de tierra, no tengo palabras, sin embargo, dentro de todas estas desgracias hay muchos ángeles dispersos por el mundo que llevan luz y paz a esos lugares olvidados, personas llenas de compasión y misericordia que a muchos otros les falta, y precisamente, de uno de esos ángeles les quiero hablar hoy, una jovencita, Maggie Doyne, que ha cambiado la vida de muchos huérfanos de la guerra en Nepal…

Maggie Doyne nació en 1987 en Mendham Borough, New Jersey, Estados Unidos, pasó su infancia con sus padres y dos hermanas. Después de terminar la preparatoria en Nueva Jersey, Maggie decidió tomarse un año sabático antes de ir a la universidad, pues ella quería aprender fuera del salón de clases y descubrir el mundo, por eso decidió ir a la India para trabajar para una organización que ayuda a refugiados de Nepal, que son personas que huyeron de un conflicto interno de 10 años en la nación del Himalaya.

Esta experiencia cambió su vida para siempre. Ahí conoció a una adolescente nepalí que había escapado del país seis o siete años antes, y nunca regresó. Maggie decidió hacer un viaje a Nepal con ella en el 2006, fue su primera visita a Nepal, y viajó por todo el país y comenzó a entender la falta de medios de subsistencia y el desarrollo en la zona y cómo estaba afectando a los niños. Después de la guerra civil había un millón de huérfanos y Maggie quería hacer algo por ellos. Un día, caminando por un río, Maggie se encontró con una niña de 6 años llamada Hima, que estaba triturando piedras para venderlas y poder sostenerse, Maggie se conectó con ella de inmediato, pues solo por la suerte de haber nacido en Estados Unidos esa niña podría haber sido ella. Maggie llamó a sus padres para que le enviaran todo el dinero que había ganado de niñera y otros empleos más. Con ese dinero, que eran alrededor de $5,000 dlls, Maggie adoptó a Hima, pagó por su educación, compró un terreno y pronto comenzó una organización benéfica llamada “BlinkNow” con una casa para niños huérfanos y una escuela, “Kopila Valley School and Children’s Home”, en Surkhet, Nepal.

Diez años más tarde, esta escuela tiene 370 niños. Hoy en día, Maggie es considerado un pionera de la educación y está recibiendo premios de todo el mundo (y solo estudió hasta la preparatoria). Su corta edad nunca fue un obstáculo, sino una oportunidad. "Empecé mi viaje Cuando tenía 18 años y esto me ayudó a mirarlo con una mentalidad diferente. No era escéptica y no tenía miedo a los desafíos. Además, sabía que no tenía todas las respuestas y las soluciones a los problemas que enfrentaba, por eso no dudé en pedir ayuda. Por suerte, tuve mentores y asesores que estaban listos para ayudar ", dice Maggie.

Maggie, ha adoptado cerca de 50 niños, ellos no tenían nada, y ella, a pesar de su corta edad se siente como su mamá, muchos de ellos llegaron desde muy pequeños y no recuerdan nada de su vida anterior, por eso la llaman mamá, y cuando sus padres la visitan desde Estados Unidos, a ellos los llaman abuela y abuelo.

Maggie cree que la mejor manera de empoderar este país es educando a los niños, y una parte de esa educación es creando un hogar para ellos, ya que no le gusta como son los orfanatos, aquí son y se sienten parte de una familia. Eso es algo que nunca han experimentado. Maggie sueña con crecer la escuela hasta la preparatoria y que sus niños lleguen a ser buenos padres y madres, miembros de la sociedad y ciudadanos del mundo que lideren a Nepal en el futuro.

Todo esto se oye muy bonito, pero para lograr esto Maggie se enfrentó a muchos desafíos, por ejemplo, llegó a Nepal sin saber cómo hablar nepalí, la comunicación era muy difícil, ahora habla el idioma y todos los niños hablan inglés con fluidez. Por otra parte, la educación de los niños no fue nada fácil. Ellos nunca habían experimentado amor ni tenido instalaciones dignas donde vivir. La construcción de una relación con ellos fue muy difícil, pero verlos crecer y convertirse en adolescentes increíbles la hace sentirse muy orgullosa. Otro desafío que enfrentó fue en una ocasión estando en un pueblo muy remoto lejos de cualquier médico se le infectó un diente, se hinchó tanto que ni siquiera podía ver, entonces un hombre de la localidad amablemente tomo un cincel y alicates y sacó el diente, ¡sin ningún analgésico! Otro aspecto que fue muy difícil para Maggie fue que siendo tan joven estuviera lejos de su familia, fue muy difícil para todos, sobre todo para sus papás que estaban muy nerviosos y tristes de que perdiera su educación universitaria. Pero con el tiempo llegaron a visitarla, conocieron a los niños y entendieron. Todo cambió completamente. Ahora son un gran apoyo y están muy orgullosos de lo que está haciendo y logrando.

Quiero platicarles un poquito más sobre la escuela que Maggie fundó “Kopila Valley School and Children’s Home”, esta escuela brinda a los niños de Maggie, casi 50, y a 320 niños más que acuden de los alrededores, muchos de ellos son los primeros que reciben educación de toda la familia, alimentación y cuidados de la salud, tiene 50 empleados nepalís, incluyendo maestros, un comité de ancianos y un director y sub-director. También hay maestros que llegan del Reino Unido y los Estados Unidos como voluntarios para la fundación de Maggie “Blinknow”. Maggie se ha preocupado mucho por el nivel académico de su escuela donde las clases se imparten en nepalí y en inglés y se hace mucho hincapié en el pensamiento crítico y creativo, actualmente esta escuela está en primer lugar de logros académicos de toda la región.

En el 2013 abrió el “Centro de la Mujer” con el objetivo de proporcionar una buena capacitación laboral que cambie la vida y la educación de las mujeres en esa comunidad. El centro se amplió en 2014 para incluir una tienda al por menor en la ciudad, que cuenta con las graduadas del programa de formación y está surtida con sus hermosos productos hechos a mano. Tienen también un centro de asesoramiento y un programa de microcréditos, todo esto como parte de su misión de reunir y potenciar a las mujeres a llevar una vida mejor.

Maggie fue honrada por Forbes como una de las 30 emprendedoras sociales menores de 30, el Dalai Lama la nombró Héroe Anónimo de la Compasión, y CNN la nombró la ganadora del premio Héroe CNN 2015, por el cual recibió $100,000 dlls para su maravillosa obra, además de otros $10,000 dlls por haber quedado entre los 10 finalistas.


Maggie y Ruby

Actualmente, a sus 31 años, Maggie es mamá de 54 niños y jóvenes, se casó y en febrero de este 2018 tuvo su primer bebé biológico, una hermosa niña llamada Ruby.
Con los siete mayores de sus hijos ahora adultos, quienes ya han hecho la transición a universidades, Maggie sabe que todas las etapas pasan, y las recompensas de verlos crecer y tener éxito hacen que todas las luchas que ha tenido que lidiar valgan la pena. Eso, dice ella, la impulsa a "seguir y hacer más".
Sin duda Maggie Doyne es una mujer de éxito, pues ha logrado sacar de la miseria y de una vida sin sentido a muchos niños, ahora ellos tienen una mamá que los cuida, que ve por ellos y que lucha porque salgan adelante empoderándolos con educación y valores, esto y nada más es lo que puede hacer sentir la verdadera felicidad, el dar y darse a los demás.

Maggie tiene algunos consejos para los jóvenes a quienes les encantaría impactar al mundo: "No esperes hasta estar lo suficientemente viejo para cambiar el mundo. No esperes a retirarte, a tener dinero o a tener tu maestría. No se puede esperar. Tienes que comenzar ahora. Si yo hubiera esperado, mis hijos no tendrían la vida que tienen hoy”. Y no es necesario cambiar la vida de alguien al otro lado del mundo, aquí, en nuestro entorno, podemos hacer la diferencia.

Conoce más de Maggie en blinknow.org