Jacinto Convit García el hombre que venció a la lepra...
Revisando mi Facebook un día encontré la información de este gran venezolano, Jacinto Convit, quien encontró la vacuna contra la lepra, su investigación estuvo motivada por la compasión y dolor que le causaba ver el trato que recibían las personas con esta enfermedad, hizo mucho por ellos durante toda su vida, y aun cuando llegó a cumplir 100 años, seguía trabajando con su equipo. Yo recuerdo en mi infancia cuando vi la magnífica película “Ben-Hur” cómo me impactaron aquéllas secuencias de los leprosos y que me dejaron “sin dormir” unos dos meses.
El Dr. Convit lejos de prejuicios y temores sintió que su llamado personal y lo que más deseaba hacer era dedicar su vida para curar esta terrible enfermedad, y sus logros son de una enorme contribución para toda la humanidad. Les comparto algo de su extraordinaria vida…
Jacinto Convit García nació en Caracas, en la Parroquia La Pastora, el 11 de septiembre de 1913. Después de estudiar la primaria, secundaria y preparatoria, ingresó en 1932 a la Escuela de Medicina de la Universidad Central de Venezuela donde obtuvo el título de Doctor en Ciencias Médicas en 1938, a sus 25 años. Durante sus estudios de medicina comenzó a trabajar con dos profesores de dermatología de su Facultad, el Dr. Martín Vegas y el Dr. Carlos Gil Yépez quienes iniciaron los estudios contra la lepra en la leprosería de Cabo Blanco, ubicada en el estado Vargas, lugar que amparaba a cientos de pacientes afectados por esta enfermedad también llamada lacería.
Inmediatamente después de que se graduó se convirtió en médico residente de esa leprosería. Y algo que le ayudó mucho a complementar sus conocimientos en clínica médica fue el haber sido director honorario de la Cruz Roja entre 1940 y 1943.
En aquella época la lepra era origen del prejuicio más arraigado dentro de la sociedad, a los leprosos se les encadenaba y estaban custodiados por autoridades policiales. El Dr. Convit fue un gran defensor contra el maltrato de estos pacientes y les exigía a los guardias que mejoraran su conducta hacia estos enfermos.
Su pasión por descubrir una cura para tratar esta enfermedad no tenía límites y, junto a un equipo de trabajo formado por seis médicos venezolanos y dos italianos, comenzó a hacer varias investigaciones, obteniendo resultados sorprendentes utilizando el aceite de Chaulmoogra, que gracias al compuesto de Sulfota y Clofazimina podía fungir con gran efectividad en contra de este mal, lo que conllevó al cierre de las conocidas leproserías donde los enfermos eran encerrados y denigrados en su condición humana. El desarrollo de un modelo de vacunación contra la lepra fue una de las contribuciones que le dio más notoriedad internacional al Dr. Convit, demostrando por primera vez que una mezcla de Mycobacterium leprae con la vacuna BCG producía una terminación favorable y total del agente de la lepra al inyectarse en pacientes con la enfermedad.
En los últimos años del Dr. Convit y su grupo de colaboradores centraron su interés en el uso en gran escala de la vacuna desarrollada, no sólo para la inmunoterapia de los enfermos con lepra, sino para la prevención en las personas que tenían contacto con estos pacientes.
Jacinto Convit dedicó con pasión casi toda su vida al servicio público, nunca ejerció la medicina privada. Pensaba que “jubilarse es la muerte” y decía que el secreto de su longevidad se debía al emprendimiento de proyectos y trabajo constante, manteniéndose siempre ocupado.
A principios del 2013, cerca ya de cumplir 100 años, lideraba un equipo de especialistas de la UCV (Universidad Central de Venezuela) quienes desarrollaron un tratamiento experimental en el Instituto de Biomedicina, para la creación de una vacuna contra el cáncer de seno, estómago y colon, ellos aclaran que esta era una vacuna terapéutica y no de prevención. Esta vacuna se basaba en la idea de que las células cancerosas aparecen y se propagan debido a que el cuerpo no las detecta. Una muestra del tumor mezclado con formol y la vacuna BCG marca las células malignas lo que hace que el sistema inmune reaccione y ataque el cáncer. Este tratamiento experimental tiene una gran ventaja sobre el uso de la quimioterapia tradicional: tiene muy pocos efectos secundarios, la BCG se ha usado contra la tuberculosis durante mucho tiempo en millones de personas sin consecuencia alguna.
El Dr. Convit recibió numerosos premios y reconocimientos durante toda su vida, entre los más importantes tenemos que en 1988 fue nominado para el Premio Nobel de Medicina por su vacuna contra la lepra, un año antes de esta nominación, el Dr. Convit recibió en España el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
El 28 de febrero de 2011 fue condecorado con La Legión de Honor, la más alta distinción honorífica de la República Francesa y muchos, muchos más.
El 28 de febrero de 2011 fue condecorado con La Legión de Honor, la más alta distinción honorífica de la República Francesa y muchos, muchos más.
Gracias a él surgieron muchas instituciones y asociaciones relacionadas con la labor médica, tanto dentro como fuera de Venezuela. Por ejemplo, fue miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología, de la Sociedad Venezolana de Alergología y de la Sociedad Venezolana de Salud Pública entre otras.
El Dr. Jacinto Convit falleció el 12 de mayo de 2014 a los 100 años de edad. Le fue concedida la “Orden Libertadores de Venezuela” post-mortem, en su primera clase mediante decreto presidencial.
El Dr. Convit, fue un hombre fuera de serie, cuya clave del éxito fue su infinita sencillez, la pasión para seguir su vocación, su trabajo incansable para beneficiar a la humanidad y sobre todo a los más necesitados y el tener siempre un proyecto en el cual ocuparse, el Dr. Convit ha sido fuente de inspiración para muchos científicos en el mundo.
El Dr. Jacinto Convit falleció el 12 de mayo de 2014 a los 100 años de edad. Le fue concedida la “Orden Libertadores de Venezuela” post-mortem, en su primera clase mediante decreto presidencial.
El Dr. Convit, fue un hombre fuera de serie, cuya clave del éxito fue su infinita sencillez, la pasión para seguir su vocación, su trabajo incansable para beneficiar a la humanidad y sobre todo a los más necesitados y el tener siempre un proyecto en el cual ocuparse, el Dr. Convit ha sido fuente de inspiración para muchos científicos en el mundo.
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