Tenemos una historia que contarte…
We have a
story to tell...
(Please
read this story below the Spanish version)
Todos necesitamos un
Archivo "Yo"
Durante una cena con amigos mencioné un correo electrónico
que recibí de un niño de 13 años de edad agradeciéndome por la forma en que mis
comentarios han influido en su vida. Yo estaba muy orgulloso por el comentario,
y Sally Kinnamon me dijo que debía guardar éste y otros recuerdos positivos y
los pusiera en un archivo “Yo”.
Al principio pensé que estaba siendo sarcástica, pero me
aseguró que lo decía muy en serio. A Sally le vino la idea mientras entrenaba
enfermeras a domicilio, quienes trabajan a menudo en condiciones de aislamiento
con poca o ninguna retroalimentación positiva.
Ella le dio a cada enfermera una carpeta vacía con la
etiqueta "Yo" y les dio instrucciones de poner en el archivo cada
agradecimiento o cumplido que hubieran recibido, incluyendo tarjetas, notas,
cartas y comentarios positivos de desempeño. Dijo que esta carpeta debían
tomarla y leerla cada vez que alguna de ellas se sintiera menospreciada o se le
cuestionara el valor de su trabajo.
Sally reconoció que la mayoría de las enfermeras se
mostraron reacias, temiendo que esto fuera demasiado indulgente, egoísta, o
simplemente una tontería, pero les explicó que no era un archivo para presumir
a otros lo buenas que eran. Más bien, se trataba de una colección privada que
acreditaba los triunfos grandes y pequeños que nos daban satisfacción mental y nos
re-conectaban con las mejores razones que nos hacen hacer lo que hacemos.
Finalmente, dijo, la mayoría de las enfermeras llegaron a utilizar y obtener un
gran consuelo y aliento desde sus archivos "Yo".
¡Qué gran idea! Debemos iniciar un archivo "Yo"
para nosotros y poner en él cualquier cosa que valida lo que hacemos en el
trabajo o en la casa.
El siguiente paso, por supuesto, es asegurarse de que estás dedicando
tiempo a hacer el tipo de cosas que llenarán tu archivo “Yo”.
Michael Josephson
Here
the English version
Everyone Needs a "Me" File
During a dinner
with friends I mentioned an e-mail I'd received from a 13-year-old thanking me
for the way my commentaries had influenced his life. I was clearly proud of the
note, and Sally Kinnamon said I should save this and other affirming mementos
and put them in a "Me" file.
At first I
thought she was being sarcastic, but she assured me she was quite serious.
Sally came upon the idea while training in-home nurses, who often work in
isolated conditions with little or no affirmative feedback.
She gave
each nurse an empty folder labeled "Me" and instructed them to put
every form of grateful or complimentary feedback into the file, including
cards, notes, letters, and positive performance reviews. She said that this
folder should be taken out and read whenever any of them felt unappreciated or
questioned the value of their work.
Sally
acknowledged that most of the nurses were initially reluctant, fearing it was
too self-indulgent, egotistical, or just plain silly, but she explained it's
not a bragging file to show others how good we are.
Rather,
it's a private collection evidencing the large and small triumphs that give us
psychic gratification and reconnect us with the best reasons we do what we do.
Eventually, she said, most of the nurses came to use and draw great comfort and
encouragement from their "Me" files.
What a
terrific idea. You ought to start a "Me" file for yourself and put in
it anything that validates what you do at work or home.
The next
step, of course, is to be sure you're spending time doing the kinds of things
that will fill your "Me" file.
Michael Josephson