sábado, 5 de noviembre de 2016

Médico de corazón…

Vivien Thomas

Compilado por Graciela Sepúlveda



Como tantos otros afroamericanos de la época, el racismo, los prejuicios y el miedo le robaron a Vivien Theodore Thomas la oportunidad de dar lo mejor de sí, y de utilizar los dones y talentos con los que Dios lo dotó, y le impidieron recibir los premios y reconocimientos a los que se hubiera hecho acreedor por su logros sobresalientes en el campo de la cirugía cardiaca durante la década de 1940...

Vivien Thomas era nieto de esclavos, nació el 29 de agosto de 1910 en Iberia, Louisiana. Tiempo después su familia se mudó a Nashville, Tennessee, donde asistió a una escuela pública de segregación racial. A pesar de que no era lo mejor que podía recibir, Vivien se las arregló para recibir lo que podría ser considerado una buena educación hasta el nivel de preparatoria.

Después de salir de la escuela, con muy poco dinero a su disposición, trabajó en el hospital local para ganar suficiente dinero para pagar la universidad. Desafortunadamente el sistema financiero estadounidense colapsó en 1929 acabando con sus ahorros y con eso, sus ambiciones para asistir a la escuela de medicina.

Al año siguiente, fue contratado como ayudante de laboratorio por el Dr. Alfred Blalock, un investigador científico del corazón y cirujano en la Universidad de Vanderbilt. Aunque el puesto se oía muy elegante, lo que realmente hacía era limpiar las jaulas y alimentar a los perros que ahí se mantenían con fines experimentales. Después de hacer sus tareas Vivien leía con avidez los libros de medicina que pertenecían al laboratorio y después, practicaban las técnicas quirúrgicas en los perros.

Blalock comenzó a notar que Vivien tenía una extraordinaria coordinación mano-ojo y también que era  muy inteligente. Por ello empezó a darle poco a poco más responsabilidades técnicas dentro del laboratorio, dejándolo ahora sí como asistente.

Juntos realizaron numerosos experimentos de laboratorio en los perros en sus esfuerzos para desarrollar un procedimiento quirúrgico para corregir el "síndrome del bebé azul", científicamente conocida como cardiopatía cianótica. Sin entrenamiento como médico formal, Vivien fue capaz de desarrollar técnicas quirúrgicas complejas utilizando perros, técnicas e instrumentos quirúrgicos que todavía se utilizan hoy en día. Con los años, gracias a estas técnicas que él desarrolló, miles de vidas se han salvado, y después de muchos años se ganó la reputación dentro de la comunidad médica y científica como un genio con habilidades quirúrgicas superiores.

En 1940, su trabajo junto con Blalock los colocó a la vanguardia de la cirugía en América y en 1941 se le ofreció a Blalock un puesto de Jefe de cirugía en su Alma Mater, el hospital Johns Hopkins. Él aceptó el cargo, pero insistió en que también fuera empleado Vivien. Vivien recuerda en su autobiografía  ("Partners of the Heart”) que cuando llegó él era el único empleado negro que no trabajaba como personal de limpieza, y el caminar por el pasillo con su bata blanca de laboratorio era suficiente para que todos voltearan a verlo.

Dos años más tarde, en 1943 Blalock fue abordado por una cirujana pediatra, la Dra. Helen Taussig que, en ese momento, estaba buscando desesperadamente una solución quirúrgica para el  “síndrome del bebé azul”. Según el relato de Vivien Thomas en su autobiografía, ella sugirió que podría ser posible si los tubos se vuelven a conectar de tal manera que aumentara el flujo de sangre a los pulmones.

Después de escucharla, Blalock y Thomas se dieron cuenta de que un par de años antes, mientras estaban todavía en la Universidad de Vanderbilt, habían trabajado y perfeccionado un procedimiento quirúrgico que utilizaron con perros y con el que había una gran posibilidad de usarse en los seres humanos. Thomas convenció a Blalock que el procedimiento no sería peligroso y que tenía una buena oportunidad de éxito en humanos.

El 29 de noviembre de 1944, la primera operación se llevó a cabo en una bebé de 18 meses de edad, utilizando un instrumento hecho por Thomas construido a partir de agujas y pinzas utilizadas en sus experimentos con perros. Porque él era un afroamericano, no estaba autorizada a operar a una persona de raza blanca, aunque en realidad era la persona más adecuada para hacerlo. Blalock insistió en que Vivien estuviera presente en el quirófano durante la operación e ideó una manera que sirviera a su propósito y así además quedarse con el crédito. Durante la operación Blalock tenía a Thomas de pie sobre un taburete mirando por encima de sus hombros, dirigiéndolo en cuanto a lo que tenía que hacer.

Aunque la bebita finalmente murió, la operación logró prolongarle la vida por varios meses. Poco después, la misma operación se realizó en una niña de once años de edad, esta vez con gran éxito, la niña pudo salir del hospital después de tres semanas. La operación número tres fue a un niño de seis años de edad, quien recuperó dramáticamente un color saludable durante la operación. Estos tres casos fueron la base de un artículo en una de las revistas médicas estadounidenses más destacadas y en donde todo el crédito se les dio a Blalock y Taussig . La contribución de Vivien Thomas ni siquiera fue digna de mención. Después de un año de la operación, utilizando el instrumento fabricado por Vivien  y sus técnicas quirúrgicas, se llevaron a cabo, en ese año, más de 200 operaciones y el instrumento utilizado era conocido universalmente como la fístula de Blalock -Taussig .

A pesar de todo esto, Vivien estaba muy mal pagado, por lo que era necesario para él trabajar como camarero para llegar a fin de mes. Algunas de sus actividades como barman eran en las fiestas de casa de Blalock, donde tenía que servirle a muchos de los estudiantes de medicina, a quienes les había estado enseñando habilidades y técnicas quirúrgicas en todo el día .

Vivien Thomas se retiró en 1979, quince años después de que Blalock había muerto de cáncer en 1964, y comenzó a escribir su autobiografía. Vivien murió de cáncer de páncreas en 1985  a la edad de 75 años. Después de su muerte, su viuda y madre de sus dos hijos fue entrevistada por un periodista que trabajaba para el “Washingtonian”. Ella comentaba que a lo largo del tiempo de las operaciones de “baby blue”, Vivien se aferró a la idea de que aún era capaz de poder ser calificado como cirujano. Aplicó en varias universidades donde esperaba que aceptarían todo el trabajo de su vida en consideración. Todos se negaron, insistiéndole que debía seguir los mismos  estándares requeridos para entrar a primer año. Al darse cuenta de que esto significaba que no se habría graduado sino hasta que hubiera cumplido cincuenta años de edad, abandonó la idea.

Vivien perseveró y siguió haciendo lo que a él le apasionaba a pesar de sufrir con Blalock como quien dice el síndrome de “mujer maltratada” ya que Blalock lo eligió como pareja en la Universidad de Venderbilt, lo llevó al Johns Hopkins, pidió que estuviera junto a él en las operaciones, aún en contra de los deseos de los administradores del hospital, por otro lado era obvio que lo consideraba inferior pues lo mantuvo con bajos salarios, se negó a reconocerlo académicamente o a interactuar socialmente con él de igual a igual, por no hablar de acaparar toda la atención, gloria y elogios que consiguió gracias a él. Afortunadamente Vivien logró en vida ser reconocido por sus colegas, en 1976 le fue concedido el título honorífico en Derecho por la Universidad Johns Hopkins, nótese que en derecho, no en medicina, esto permitía al staff y a los estudiantes llamarle doctor. También en 1976 fue nombrado instructor de cirugía en la Facultad de Medicina del mismo hospital, después de haber supervisado por más de 35 años las prácticas de cirugía. Luego de su retiro en 1979 se convirtió en instructor emérito de cirugía. En julio de 2005, la Escuela de Medicina Johns Hopkins comenzó la práctica de dividir a los estudiantes de primer año en cuatro universidades, cada una lleva el nombre de famosos miembros de la facultad del Hopkins que tuvieron un gran impacto en la historia de la medicina. Vivien Thomas fue elegido como uno de los cuatro, junto con Helen Taussig, Florence Sabin, y Daniel Nathans.

Escena de la película
La historia de Vivien Thomas se conoció en 1989  en un artículo titulado “Something the Lord Made” e inspiró un documental llamado “Partners of the Heart” en el 2003, y una película llamada precisamente “Something the Lord Made” en el 2004, ganadora de un Emy y un premio Peabody.



El legado de Thomas como educador y científico continuó con la institución de premio Vivien 
Thomas a jóvenes investigadores desde 1996. También se instituyó la beca Vivien Thomas para la Ciencia y la Investigación Médica en 1993, así como algunos otros reconocimientos póstumos.

Vivien Thomas es sin duda un caso de éxito, si entendemos al éxito como "ser feliz con lo que haces". Los méritos y reconocimientos que él recibió tal vez no han sido suficientes, pero cada vez el mundo le hace más justicia. A pesar del medio hostil en que vivió y de haber sido considerado inferior, ahora se sabe que la medicina y muchas vidas salvadas gracias a él, están en deuda con un hombre que amó lo que hacía y vivió para hacerlo.