Tenemos una historia que
queremos contarte
We have a story to tell...
(Please read this story below the Spanish story)
No dejes para mañana…
"Cinco
minutos más", le grité a mi mamá que
siempre trataba de despertarme para ir a la escuela todas las mañanas.
Era un ritual matutino. Esos
"5 minutos" inevitablemente
se convertirían en 10 minutos, que luego se convertirían en 15, y entonces…, o,
si uno no tiene una "madre dispuesta
e ingenua", siempre está el radio reloj con el botón de repetición de
alarma cada vez más ruidoso. (¿Para qué
lo tienen de todos modos?)
Es un hábito común para
muchas, muchas personas, "apretar el botón de
repetición", o más simplemente, "posponer".
Creo que he aprendido por las malas que
"el posponer no es la mejor manera
de hacer las cosas y lograr cumplirlas".
En la prepa fue siempre "dejar para después" o
posponer. No parecía importar, ya que siempre lograba buenas calificaciones,
pero siempre lo llevaba al límite. Si
tenía un examen importante, no importaba pues, al parecer, "Dios siempre estuvo al pendiente de mí en la prepa",
porque yo siempre (muy apenas, pero siempre)
terminaba el trabajo. Así es como yo lo "prefería"
(pensé), yo creía que era invencible, al menos en lo que respecta a mi manera de
posponer.
Ese método de estudio
parecía funcionar bien en mi primer año en la universidad, igual que en el primer semestre de mi segundo
año. Incluso pospuse mis exámenes finales del primer semestre de segundo año, presentándolos
hasta después de las vacaciones de Navidad. Me fue bien y volví a pensar: "El posponer no me hace nada de daño”.
Sin embargo, muy pronto me enteré que la vida no era tan fácil, dos semanas
después de presentar esos "finales"
toda mi vida cambió para siempre, así como también mi deseo de posponer las
cosas.
Fui gravemente herido,
sufriendo una lesión cerebral traumática. La mayoría de los médicos y la gente
no creía que iba a sobrevivir, mucho menos regresar a la universidad, y mucho
menos ser un miembro activo de la sociedad nunca más. No fue fácil. Sin embargo
he aprendido que no se supone que la vida sea fácil.
Dieciocho meses después de
casi perder mi vida y pasar esos meses en terapias muy dolorosas, volví a la
universidad. De vuelta en la universidad no podía ahora "saltarme" mis clases como previamente lo había hecho. Mi
lesión cerebral me obligó a trabajar duro para entender el material, y eso
significaba asistir a todas las clases y conferencias.
Sin embargo, después de
cuatro años de haber regresado a la universidad me gradué como el mejor de mi
clase y con muchos honores. Sonriente y cojeando mientras cruzaba el escenario
para recibir el diploma del decano, me di cuenta de que todo mi trabajo penoso
y difícil valió la pena, y de que "cualquier
cosa que vale la pena hacer en la vida, rara vez se logra fácilmente".
Cuando ya había aceptado el diploma del decano, me reí interiormente, mientras
me preguntaba: "¿Qué es postergar?"
Sin embargo, años más
tarde, aprendí otra lección en relación a posponer.
Mi familia y yo fuimos a la
boda de mi primo en Nueva York a finales de 1990. Nuestro hotel estaba justo frente
a las Torres Gemelas. Pensé en subir todas las escaleras hasta la parte
superior (para hacer ejercicio, para
establecer una "meta", y simplemente porque quería probar que podía
hacerlo). Mirando desde mi habitación del hotel a una de las "Torres" pensé: "Ya se está acercando el momento en que
tenemos que estar listos para la boda, además, las "Torres” estarán allí
cuando regrese en otro viaje."
Como podía imaginar lo que
ocurriría el 11 de septiembre de 2001, y que las Torres no estarían allí para
un viaje de regreso.
Mirando hacia atrás, me doy
cuenta de lo que puede ocurrir cuando se
"pospone para otro día" lo que puedes hacer hoy. A veces los
mañanas nunca llegan. Nunca se debe dejar para mañana lo que puedas hacer hoy:
escalar un rascacielos, decir que amas a alguien, visitar amigos en un
hospital. Todo es importante. Uno nunca sabe lo que el futuro tiene reservado
para ti. Por eso, si buscas en el diccionario encuentras la definición de "ahora mismo" como "presente". Nadie sabe lo que
el futuro nos depara.
El presente es un regalo -
es por eso que se llama "presente"
- es un regalo para ti – recuérdalo y vive de acuerdo a eso.
© 2009 por Michael Jordan
Segal, todos los derechos reservados
Michael Jordan Segal, quien
desafió todos los pronósticos tras recibir un disparo en la cabeza, es esposo,
padre, trabajador social, un autor independiente (que incluye un CD para
descargar con 12 historias para leerlas con música de fondo, titulado POSIBLE),
orador y motivador, comparte su receta para la felicidad, la recuperación y el
éxito.
Para comunicarte con Mike o
para ordenar su CD, por favor visita: www.InspirationByMike.com
y por favor toma un momento para ver su video de youtube en: MichaelSegal - A story of hope and inspiration
te gustará haberlo hecho .
Publicada originalmente en
Internet en Insight Of The Day
de Bob Proctor
Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea
Here the English version…
Don't Put Off Till Tomorrow…
"Five more minutes," I screamed at my
mother as she always tried to awaken me from bed to go to school every morning.
It was a morning ritual. That "5 minutes"
would inevitably turn into 10 minutes, which would then turn into 15, then. or,
if one does not have a "willing,
gullible mother" there's always the clock radio with the ever powerful
snooze button. (Why do they have them anyway?)
It's a common habit for many, many people to always
"push the snooze button,"
or more simply put, "procrastinate."
I guess I learned the hard way that "procrastination
is not the best way to do things and get them accomplished."
In high school I was always "putting things off" or procrastinating. It did not seem
to matter, as I was always making great grades, but always pushing it to the
limits. If I had a huge final, it did not matter as, apparently, "God would always watch out for me in
high school" because I would always (barely, but always) get the work
done. That's how I "preferred"
it (I thought); I thought I was invincible; at least in regard to my
procrastinating ways.
That method of studying seemed to work well as a
freshman in college also, as well as the first semester of my sophomore year. I
even procrastinated on one of my first semester sophomore finals, not taking
exams until after the Christmas break. I did well and thought again: "Procrastination did not hurt me at
all." However, very soon I learned life was not so easy, as two weeks
after I took that "make up
final" my entire life changed forever, as well as my desire to
procrastinate.
I was seriously injured, suffering a traumatic
brain injury. Most physicians and lay people did not believe I would survive,
much less return to college, much less be a functioning member of society ever
again. It was not easy. However, I have learned life is not supposed to be
easy.
Eighteen months after almost losing my life and
spending those months in painful therapy I returned to college. Back at college
I could now not "skip" my
classes as I previously had. My traumatic brain injury obligated me to work
hard in order to comprehend the material, and that meant attending all classes
and lectures.
However, after four years back at college I
graduated at the top of my class with many honors. Smiling and limping as I
crossed the stage to accept my diploma from the dean, I realized that all my
painful and difficult work was worth everything, as, again, I realized that "anything in life that's worth doing,
rarely comes easily." As I accepted the diploma from the dean I
chuckled inwardly as I asked myself, "What's procrastination?"
However, years later, I learned another lesson in
regard to procrastination.
My family was going to my cousin's wedding in New
York City in the late 1990s. Our hotel was directly across the street from the
World Trade Towers. I thought about climbing all the stairs to the top (for
exercise; to set a "goal";
and simply because I wanted to prove that I could do it). Looking from my hotel
room at one of the "Towers" I thought, "It's already getting close to the time when we have to get ready
for the wedding, plus, the "Towers" will be there when I return on
another trip."
Little could I ever imagine what would happen on
September 11, 2001, and that the Towers would NOT be there for a return trip.
Looking back, I realize what might happen when one "puts off for another day"
what he can do today. Sometimes the tomorrows never come about. One should
never put off until tomorrow what one can do today: climbing a skyscraper,
saying you love someone, visiting friends in a hospital. They are all
important. One never knows what the future holds in store for you. That is why
if you look in the dictionary you will find a definition as "right now" for "present." No one knows what
the future will be.
The present is a gift -- that is why it is called "present" -- it's a gift to
you -- remember that and live life accordingly.
©2009 by Michael Jordan Segal; all rights reserved
Michael Jordan Segal, who defied all odds after
being shot in the head, is a husband, father, social worker, freelance author
(including a CD/Download of 12 stories, read with light backgroud music,
entitled POSSIBLE), and inspirational speaker, sharing his recipe for
happiness, recovery and success before conferences and businesses.
To contact Mike or to order his CD, please visit: www.InspirationByMike.com and please take a
moment to check his video Michael Segal - A story of hope and inspiration you will be glad you
did.
Originally published on Insight Of The Day
from Bob Proctor
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