“No debemos contentarnos con
esperar a ver qué sucede, debemos tener la determinación para hacer que lo
correcto suceda.”
Horace
Mann (
1844 - 1868 ) fue un botánico, micólogo, y pteridólogo estadounidense. Político
y educador de los EE. UU. Promotor de la escuela pública y creador de la
primera Escuela Normal en el estado de Massachusetts. Su labor sirvió de
ejemplo y aliento en todos los demás Estados de su nación.
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COMO EL HOMBRE PIENSA,
ASÍ ES SU VIDA
( As a Man Thinketh )
Taller -
Día 13
En los
siguientes párrafos James Allen nos dice en esencia que si queremos mejorar
nuestras circunstancias, sean estas económicas, sociales, laborales, de salud o
de cualquier otro tipo, debemos mejorar primero nosotros…
Como anticipamos
ayer, toda mejora tiene un precio que incluso puede implicar un enorme
sacrificio antes de que logremos aquello que deseamos. Como el corredor que se
ejercita hasta quedar extenuado pero que tiene muy claro en su mente más que el
dolor, la imagen de su meta. Aquí dos de sus herramientas son las paciencia y
la determinación.
Para
entender mejor, el autor nos presenta ahora tres casos diferentes…
Sigamos
avanzando en el 2° capítulo del libro…
2. Efecto del pensamiento en las circunstancias
(Continuación)
El
hombre está ansioso de mejorar sus circunstancias, pero no está tan deseoso de
mejorarse a sí mismo; por eso permanece atado.
El hombre que no se encoge ante su propia crucifixión nunca fallará en alcanzar
el objetivo que se traza en su corazón, esto es tan cierto en las cosas
terrenales como divinas. Aún el hombre cuyo único objetivo es alcanzar
prosperidad debe estar preparado para realizar grandes sacrificios personales
antes que pueda lograr su objetivo; ¿y cuánto más preparado aquel que quiera
lograr una vida próspera y equilibrada?
Este es un hombre miserable y pobre. Está
extremamente ansioso deseando que el confort de su entorno y su hogar mejoren,
aun así todo el tiempo es mezquino en su trabajo, y se considera justificado al
tratar de engañar a su empleador basado en lo miserable de su sueldo. Tal
hombre no entiende los simples rudimentos de los principios que son la base de
la prosperidad, y no sólo está incapacitado para alzarse sobre su miseria, sino
que atrae aún mayores miserias al albergar y actuar siguiendo sus pensamientos
indolentes, falsos y cobardes.
Este es un hombre rico que es víctima de una
penosa y persistente enfermedad resultado de la glotonería. Está
dispuesto a gastar enormes sumas de dinero para curarse, pero no está dispuesto
a sacrificar su glotonería. Quiere satisfacer su gusto con comidas poco
saludables y gozar a la vez de buena salud. Tal hombre es totalmente incapaz de
gozar de buena salud, porque no ha aprendido los principios básicos de una vida
saludable.
Este es un empleador que adopta medidas
deshonestas para evitar el pago de sueldos reglamentarios, y, en el afán de
mejorar sus ingresos, reduce los sueldos de los empleados. Tal hombre no está
preparado para la prosperidad, y cuando sus finanzas y su prestigio se
encuentren en bancarrota, el culpará a las circunstancias, sin siquiera saber
que es él mismo el autor de su condición.
He presentado estos tres casos solamente para
ilustrar la verdad de que el hombre es la causa (aunque casi siempre sin ser
consciente) de sus circunstancias, y que, mientras aspira un buen fin,
continuamente frustra su cometido al estimular pensamientos y deseos que no
armonizan con ese fin. Tales casos pueden modificarse y multiplicarse casi
indefinidamente, pero no es necesario, porque el lector podrá, si así lo
resuelve, rastrear el efecto de las leyes del pensamiento en su propia mente y
en su propia vida, y hasta que lo logre, meros hechos externos no servirán como
base de su razonamiento.
COMENTARIOS:
La pregunta es sencilla ¿Cómo queremos mejorar nuestras
circunstancias y resultados, si no mejoramos primero nosotros?, ¿Cómo podríamos
tener resultados diferentes si seguimos haciendo lo mismo? Recuerda, siempre
que se sigue una misma fórmula, el resultado que se obtenga será siempre el
mismo. Somos el origen de las circunstancias aunque no hayamos elegido estar donde
estamos, ni hayamos elegido a nuestra familia ni el lugar donde nacimos y que
por confort, temor o flojera nos quedemos paralizados sin hacer absolutamente
nada.
¿Qué pasa si no nos gusta nuestro trabajo, empezando porque pensamos
que nuestro sueldo es una miseria? Que en lugar de tener el valor y la
determinación de crearnos una mejor oportunidad, simplemente nos quejamos del
sueldo miserable, llegamos tarde, hacemos cuando mucho lo que nos toca o menos
si es posible, ejercitamos con maestría el “arte” de perder el tiempo sea
preparando el café, leyendo el diario, checando el Facebook y el WhatsApp, al
cabo, por la miseria que nos pagan, pues ¿Qué querían?...
¿Cómo podríamos sentirnos bien si traemos un sobrepeso que
nos enferma, que nos agota el cuerpo, que nos avergüenza? Pero que en lugar de
ver al médico y cambiar nuestros hábitos alimenticios y dejar la “comida
chatarra”, le seguimos dando gusto al gusto y sin querer sacrificar el más
mínimo de los antojos…
¿Cómo podría irnos bien y mucho más allá de la riqueza
económica, si esta la alcanzamos a costa de aprovecharnos de los demás? Muchas vemos a grandes millonarios
y creemos que su fortuna es su felicidad, pero si nos acercamos un poco veremos
que darían toda esa misma fortuna por recuperar la salud o a un hijo. Mira como
ahora algunos de los nuevos millonarios han entendido lo fundamental de la
generosidad y están destinando buena parte de sus capitales en favor de los
demás.
ACCIONES:
Una sola tarea, un solo ejercicio, pero eso sí, de un
poderoso resultado si lo ejercitamos cada día: Voy a decidir que puedo mejorar
hoy de mí… Puede ser nuestra generosidad para con los demás; un acto de generosidad
no tiene por qué ser complicado ni extremo, simplemente una llamada telefónica
o mejor aún, una visita a ese pariente enfermo y viejo que está bastante solo.
Ayudar a ese compañero o compañera que batalla con alguna encomienda en la
oficina o evitar hablar mal de nadie.
Puedo mejorar mi salud, si me hago el hábito de caminar una
media hora cada día… Tu elige, seguramente tendrás mil ideas de aquello que te
gustaría mejorar de ti y de cómo podrías hacerlo…
Mi correo está a tu disposición, sólo da "Clic"
sobre la siguiente dirección: andresbermea@vitaminasparaelexito.com,
te invito a escribir y que nos compartas
tus pensamientos y comentarios. Me será muy valioso.
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