Compilado por Graciela Sepúlveda
Esta
semana acudí a una merienda, y yo veía como se pasaban unas a otras unos
catálogos, la curiosidad me ganó y tomé uno de ellos, era de Avon, rápidamente
vino a mi mente el anuncio que pasaban y pasaban en mi infancia “Avon llama” y
el típico sonido del timbre con la señora elegante con guantes tocándolo, lo
hojee y me sorprendió toda la gama de productos que manejan, no lo podía creer,
ropa, artículos de cocina, cosméticos, joyas, perfumes, zapatos, etc. y pensar
que todo lo inició David McConnell vendiendo libros…
David Hall McConnell nació en Oswego, Nueva
York, el 18 de julio de 1858, sus padres llegaron desde Irlanda a Estados
Unidos en 1845, y se dedicaron a la agricultura y a la fabricación de
ladrillos.
Al ser criado en una granja, David asistió
a la escuela del distrito y posteriormente a la Escuela Normal del Estado de
Oswego pues tenía la intención de convertirse en profesor de matemáticas, pero
en su lugar entró a la vida de los negocios a la edad de dieciséis años. David
comenzó a vender libros de puerta en puerta, pero muchas veces no era bien
recibido, así que ideó un plan que cambiaría su destino, recurrió al truco de
ofrecer un regalo introductorio a cambio de que le permitieran dar a conocer su
argumento de venta de los libros. Pensó que un pequeño frasquito de perfume
sería la entrada perfecta, y así, él mismo hizo la mezcla logrando un aroma
original con la ayuda de un farmacéutico local. Muy pronto se dio cuenta de que
las mujeres estaban encantadas con su perfume y eran indiferentes a los libros.
David Hall McConnell |
También se dio cuenta de que muchas de
ellas luchaban para ganarse la vida y reconoció en muchas de ellas a vendedoras
que podían relacionarse fácilmente con otras mujeres y que podrían
comercializar los productos de su nueva compañía: perfumes.
La empresa prosperó y David decidió
comenzar a formar su propia fuerza de ventas, reclutando así a la primera
Representante “Avon” de la historia,
la señora Florence Albee de Winchester, New Hampshire, una viuda de 50 años
quien viajaba en tren, a caballo y a pie para vender Avon y reclutar a otras
agentes, y que un día le escribió al Sr. McConnell: "No sé de ningún tipo de trabajo tan lucrativo, agradable y
satisfactorio como este." La legendaria Sra. Albee todavía se considera
un modelo a seguir para las Representantes Avon hoy en día y se le atribuye la
creación del sistema de distribución de los productos de la empresa.
Persis Foster Eames Albee |
En 1928, McConell lanzó una nueva línea de
productos llamada Avon, nombre que tomó de la ciudad inglesa de Starford upon Avon. Los productos
tuvieron tanta aceptación que, en 1939, decidió cambiar el nombre de la
compañía por el de Avon Product, Inc.
David no sólo le proporcionó a la señora
Albee y a las demás Representantes una oportunidad de ganancias cuando las
opciones de empleo para las mujeres eran muy limitadas, también fomentó un
ambiente de apoyo, así como un ambiente familiar. (El boletín de la empresa
incluso fue llamado el “Álbum Familar”)
En una de sus cartas regulares a las Representantes escribió: "Todo éxito radica en uno mismo y no en
las condiciones externas. ... Las desgracias son sólo una disciplina, y traen
las posibilidades que a menudo nos despiertan el poder y la fuerza que
poseemos, y que tal vez de otro modo nunca hubiéramos reconocido”. No es de
extrañar que las filas de Representantes se elevaran a 5,000 en tan sólo 13
años.
Para David, el producto y la gente eran
todo para la empresa, y se dedicó a asegurar que los dos fueran exitosos.
Además de inspirar a las Representantes, David también quería animar a los
empleados de la empresa con el mismo espíritu positivo. Un siglo antes de que
se convirtiera en rigor que las empresas instituyeran programas de incentivos
para empleados y contrataran hordas de consultores para asegurarse de que los
empleados estuvieran contentos, motivados y fueran productivos, David McConnell
supo cómo hacerlo. El líder motivacional creó un conjunto de principios que
siguen siendo el corazón y el espíritu de Avon hasta hoy. Ellos incluyen:
Proporcionar una oportunidad de ganancias
para que las personas puedan alcanzar la independencia financiera y disfrutar
de todo lo que viene con semejante logro.
Reconocer las contribuciones únicas de cada
uno.
Retribuir a las comunidades con servicios
de Avon.
Ofrecer los productos de más alta calidad
con una garantía de satisfacción.
Mantener y apreciar el "espíritu amistoso de Avon".
David McConnell creía firmemente en el potencial de las personas, y que en ese potencial estaba el poder de la posibilidad y, finalmente, del éxito:
David McConnell creía firmemente en el potencial de las personas, y que en ese potencial estaba el poder de la posibilidad y, finalmente, del éxito:
Y tenía mucha razón, Avon es la mayor
empresa del mundo en los sectores de cuidado de la piel anti edad, fragancias y
maquillaje, y sus ventas sobrepasan los ocho mil millones de dólares anuales.
La revista Fortune la menciona entre las empresas líderes y sus acciones
se cotizan en los principales mercados bursátiles del mundo. Cuenta con más de
cinco millones de representantes a nivel mundial. Gracias a su método sencillo
y probado para alcanzar el éxito económico, constituye una oportunidad única
para Representantes de más de 100 países.
Además de dedicarse a su empresa, David
McConnell también tuvo algunos cargos en el área de educación, por ejemplo, por
diferentes períodos fue superintendente de escuelas en Suffern; también presidente
de la Junta de Educación de Suffern, y fue el tesorero del comité republicano
del condado de Rockland. Y durante la Primera Guerra Mundial fue presidente de varios
Clubs en Nueva York.
Hoy, a pesar de las decenas de caros y
prestigiosos cosméticos de marcas estadounidenses y extranjeras, Avon sigue ocupando
un muy buen lugar en ventas a nivel internacional, con Representantes Avon
sigue tocando los timbres en muchos países del mundo.
Sin duda David McConnell fue un hombre de éxito, que supo ver la oportunidad en otra área diferente de la que inició, si se hubiera dado por vencido de que las señoras no estaban interesadas en los libros otra cosa hubiera sido, y el idear una forma de atraer la atención fue lo que finalmente lo llevó al éxito, y no solo a él, sino a millones de mujeres en todo el mundo, preocupándose por su bienestar, prosperidad y realización, estoy segura de que esto fue una parte muy importante de su éxito, pues sabemos que todo lo que damos se nos regresa al ciento por uno y más.
Graciela Sepúlveda
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