Don Humberto Lobo Villarreal
Compilado por Graciela Sepúlveda
Una
de las principales avenidas de San Pedro Garza García, N.L. es la ave. Humberto
Lobo, pero ¿Quién fue Don Humberto Lobo? ¿Por qué le dieron su nombre a una
importante avenida? Después de investigar lo que encontré de su exitosa vida,
comprendí por qué tiene una avenida, colegios y otras instituciones con su
nombre, realmente un ejemplo a seguir de disciplina y dedicación, y con ello la
muestra de que solo así se logra el éxito y la realización, les compartimos la
semblanza de Don Humberto Lobo Villarreal…
Don Humberto Lobo Villarreal nació el 29 de
diciembre de 1917 en Monterrey, N.L. México, tuvo 8 hermanos y junto a sus
papás Humberto y Juanita vivieron situaciones económicas muy difíciles.
En 1924 Don Humberto Lobo inició sus estudios
de primaria teniendo que abandonarlos en quinto año pues se enfermó de
paludismo.
Desde los nueve años ayudó a la economía
familiar de muchas maneras; entre ellas, vendiendo pequeños cofres de madera
que él mismo armaba, pulía, labraba, decoraba y barnizaba.
Para lograr nuevas oportunidades de trabajo,
sus padres se trasladaron al municipio de Parras en el estado de Coahuila,
donde su mamá, que era maestra, se dedicó a dirigir un colegio, Don Humberto
permaneció en Monterrey en el internado del sacerdote Rafael Jardón.
Aprovechó su estancia en Monterrey para
estudiar la Carrera de Comercio, formación profesional técnica que cursó en la
Academia “Zaragoza”, institución muy
distinguida entonces en la formación de recursos humanos para el comercio y las
empresas, oficio que le sirvió para entrar al “mundo de los negocios” al realizar, si bien simples, pero
ingeniosas operaciones de compra-venta, las que le permitían mejorar su
solvencia y ser el sostén económico de su familia, el trabajo y el estudio
fueron las constantes del joven Humberto.
El Padre Jardón le enseñó el valor de la
productividad a través del fomento de los hábitos necesarios para obtener la
disciplina y dedicación, y por recomendación del mismo padre, Don Humberto
obtuvo a la edad de 15 años su primer puesto de trabajo como mensajero del
departamento de ventas de la Compañía Vidriera Monterrey, donde, por nunca
limitarse únicamente a sus funciones y mostrar siempre poco conformismo y
capacidad de sobra, obtuvo el reconocimiento de sus jefes, que lo compensaron
con nuevas responsabilidades y mejor remuneración, la dedicación y disciplina
adquiridas comenzaron a dar fruto.
Obtuvo también la representación de una
empresa alemana que producía baquelita, su principal cliente era la Vidriera,
ya que esta manufacturaba los envases de cristal pero no las tapas.
En muy poco tiempo fue nombrado por esa
compañía alemana como el "mejor
vendedor" y siguió dedicando su tiempo a la representación, hasta que
el plástico norteamericano sustituyó la resina sintética y que Vidriera
Monterrey iniciara su propia fabricación de tapas.
A los 17 años fue recomendado para el puesto
de subgerente en una tienda del Mercado del Norte, donde vendía loza de segunda
de la Compañía Troqueles y Esmaltes, S.A. Este establecimiento se encontraba
con problemas administrativos, y en muy poco tiempo fue convertido por Don
Humberto en un negocio bien administrado y sus ventas se elevaron notablemente.
En 1939, cuando tenía 22 años obtuvo la
gerencia de la compañía Impermeabilizantes y Pinturas S.A.- hoy Berel.-
teniendo al ingresar la importante responsabilidad de mejorar y desarrollar los
servicios de impermeabilización con los productos que esa empresa ofrecía.
El 7 de diciembre de 1940, contrajo
matrimonio con Dolores Morales; una joven de 20 años de edad que trabajaba como
secretaria para una empresa estadounidense. Ella representó, a partir de
entonces, el elemento fundamental que impulsó a Don Humberto hacia la
consecución de todos sus logros posteriores.
En 1945, Don Humberto inició los trabajos de Protexa en la cual invirtió su escaso
capital, instalando el taller en el patio de una casa en el centro de
Monterrey. Su personal lo integraban tres oficinistas, cinco obreros, una
secretaria, un chofer, y él mismo. Y así, tocando "de puerta en puerta" formó gradualmente una fuerte
cartera de clientes, consolidada a través del tiempo por la alta calidad de
materiales, precios competitivos, garantías de cinco a quince años y una
eficiencia en los trabajos de impermeabilización que realizaba a base de
asbesto y alquitrán de hulla, se preocupaba por hacer muy bien las cosas desde
la primera vez, y esto hizo que su fama fuera creciendo basada en su integridad
y responsabilidad en el trabajo.
A partir de ese momento Don Humberto Lobo le dio
a la empresa el impulso que la
convertiría en una de las mejores del país y reconocida mundialmente. Esta
empresa creció y se diversificó rápidamente, abarcando servicios de protección
catódica para tubería subterránea, construcción de estaciones de bombeo, obras
hidráulicas, eléctricas, industriales; la urbanización y construcción de casas,
edificios y unidades habitacionales, fundando además instalaciones en toda la
república y en el extranjero y que con su habilidad empresarial pudo lograr que
todas prosperaran y tuvieran una estabilidad, siendo reconocido por ello a
nivel mundial.
Don Humberto y Doña Dolores tuvieron 11 hijos,
y siempre supo inculcar en ellos su filosofía en el trabajo y deseo de
superación, continuando ellos no solo con los logros de su padre, sino creando
y diversificando su emporio hacia nuevos horizontes, pero siempre teniendo el
ejemplo de vida que les heredó Don Humberto Lobo Villarreal.
Don Humberto murió el 29 de Junio de 1976,
dejando a la vista del mundo, cincuenta y ocho años de trayectoria profesional
y personal ejemplares.
Lo
más admirable de conocer algo de la exitosa vida de Don Humberto Lobo, es que
no sólo sus logros son de reconocerse, sino el cómo los realizó, partiendo de
que fue una persona como la mayoría de nosotros, con nada más que trabajo,
dedicación y deseo de superación. La vida de Don Humberto es además de un
ejemplo a seguir, una motivación para todas las personas, al saber que no es
requisito nacer con dinero para ser un empresario exitoso, sino que las
herramientas principales para ello es uno mismo, y que aparte del requerido
conocimiento, se necesita habilidad y visión, el saber qué hacer ante cualquier
probable adversidad y no dejarse vencer, e ir siempre adelante buscando el
éxito total en cada empresa que realicemos.
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