Compilado por Graciela Sepúlveda
El domingo pasado fue
un enorme gusto disfrutar del triunfo de un mexicano por segunda vez consecutiva
en la entrega de los premios Oscar, Emmanuel Lubezki (conocido en el medio del
cine y ahora en todo el mundo como “Chivo”), por su extraordinario trabajo en
la fotografía de la película “Birdman”,
el año pasado fue por “Gravedad”,
así que nuestro reconocimiento para él y para toda su trayectoria, la cual lo
ha llevado hasta el éxito alcanzado en estos últimos años, y además haciendo lo
que más le gusta…
Lubezki, Cuarón, Del Toro, González Iñárritu |
Emmanuel Lubezki Mongersten nació en el año 1964 en la Ciudad
de México, D.F., en el seno de una familia judía, en la que algunos de sus
miembros forman parte también del mundo del cine, como su papá, Muni Lubezki,
un conocido actor y productor, y su hermano Alejandro, guionista y director. Su
familia es de ascendencia judía, su abuela materna escapó de Rusia durante la
revolución bolchevique y se fue a vivir un tiempo a Shanghai, pero como quería
desarrollar una carrera como actriz en Hollywood se mudó a Estados Unidos.
Debido a la restricción de cuotas para los inmigrantes todo se le complicó, así
que se quedó a vivir en la Ciudad de México. Cuando Emmanuel era niño solía ver
películas de cualquier parte del mundo, pero prefería verlas sin subtítulos
pues lo que realmente llamaba su atención eran las imágenes. También le gustaba
practicar deporte, en especial el handball,
donde obtuvo el apodo de “Chivo” por su físico delgado y su cabello rizado.
Después de la preparatoria decidió estudiar Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Nacional Autónoma de México, pero, como empezó a interesarse
más por rodar cortometrajes, abandonó la carrera para estudiar Fotografía en el
Centro Universitario de Estudios
Cinematográficos de la Universidad (CUEC). En dicho recinto conoció a
personas que serían clave en su vida: Alfonso Cuarón, Xavier Pérez Grobet,
Rodrigo Prieto y Luis Estrada.
El Chivo concluyó los cinco años de estudios, pero debe
hasta hoy la materia de Dirección de Actores, así como la película final que
todo alumno debía presentar para finalizar sus estudios en el CUEC.
Lubezki y un grupo de diez amigos decidieron empezar a rodar
su primer largometraje llamado “El camino
largo a Tijuana”. Su idea era hacer una producción para el mercado de habla
hispana en Estados Unidos, lo distribuirían en VHS y utilizarían ese dinero
para hacer más películas. Y así fue, con las ganancias pudieron realizar su segunda
producción “Bandidos”. Tuvo un éxito
relativo, pero esto le acercó con otros productores.
Después empezó a trabajar en comerciales y aunque le pagaban
bien no encontraba satisfacción profesional en ese trabajo, ya que para él cada
encuadre es una obra de arte y necesitaba tiempo, y los comerciales los querían
terminar en un día, así que este trabajo bajo presión no era lo suyo; no lo
podía disfrutar, ni ser quien era. Sin embargo, a pesar de que no fue lo más
grato para él, este trabajo para el Chivo fue “el mejor taller” ya que aprendió a utilizar herramientas nuevas.
Poco después regresó al cine con los hermanos Cuarón,
Alfonso y Carlos, con la película “Sólo
con tu pareja”, que se convirtió en una de las producciones mexicanas más
exitosas. A la par, Alfonso Arau le ofreció trabajar en “Como agua para chocolate”. El plan original era filmar durante
ocho semanas, pero todo se complicó y en la semana 11 llevaban tres cuartas
partes del filme, lo que provocó que Lubezki se desesperara y renunciara. Curiosamente,
el filme fue nominado para varios premios, en los cuales Lubezki ganó el
reconocimiento a la Mejor Contribución Artística en el Festival Internacional de Cine de Tokyo y el Ariel en México, convirtiéndose en el profesional más joven en recibir
este galardón.
En 1993 participó con Alejandro Pelayo para filmar “Miroslava”, con la que ganó su segundo
Ariel y el premio a la Mejor Fotografía en el Festival de la Habana.
Lubezki no paró y al siguiente año se reunió con Luis
Estrada para trabajar en el largometraje “Ámbar”.
El rodaje fue complicado porque la locación fue en un lugar selvático en el que
no llegaban muy bien los rayos del sol. Sin embargo, con sus ganas de hacer bien
las cosas, Lubezki resolvió este problema con una estrategia de iluminación tan
creativa que pudo sacar bien el trabajo y de paso ganar su tercer Ariel.
Después de cosechar sus primeros éxitos vendría una de las
películas más importantes en su carrera: “La
Princesita”, donde colaboró con Alfonso Cuarón. El trabajo de Lubezki fue
tan aplaudido que recibió su primera nominación al Oscar y al ser reconocido su
profesionalismo y excelente trabajo empezó a trabajar con directores
norteamericanos. En 1999 llegó su momento de trabajar con Tim Burton en la
película “La leyenda del jinete sin cabeza” (Sleepy Hollow). Cuando fue contratado se percató de que la locación
sería en el Valle de Hudson, pensó que no era el enfoque correcto ni el lugar
adecuado, así que se lo comentó a Tim Burton y después de hacer varios análisis
el director le dio la razón, le agradeció y cambiaron las locaciones, por esta
película recibió otra nominación al Oscar.
Después de algunos años de no trabajar con su amigo Alfonso
Cuarón, se volvieron a reunir, para filmar “Y
tu mamá también”, cuyo guión fue escrita por Cuarón inspirándose en las
conversaciones juveniles que tenían los dos mientras estudiaban en la
universidad.
En el 2005 colaboró con el reconocido director Terrence
Malick para la película “El nuevo Mundo”.
“El Chivo” nunca dejaba de aprender, pues a medida que trabajaba con Malick se
dio cuenta de que muchas de las cosas que sabía no eran tan importantes como
las que aprendería en la filmación. Gracias a esta película volvió a contender
por el Premio de la Academia de Hollywood.
Lubezki se sentía en su mejor momento luego de 3
nominaciones al Oscar, ahora nuevamente con su amigo Alfonso Cuarón, se encargó
de la fotografía de “Los Niños del Hombre”,
donde se logra por primera vez hacer una escena de acción de 12 minutos dentro
de un coche que está siendo atacado en una sola toma, para que tuviera un
efecto visual real. Fue nominado nuevamente al Oscar por cuarta vez en el 2006.
Un año después, ocupó el lugar número 24 como las 50
personas más inteligentes de Hollywood en la lista de Entertainment Weekly.
Se tomó un descanso del cine y cuando regresó lo hizo de la
mano de su ahora amigo Terrence Malick, con quien colaboró en “El Árbol de la Vida”. Gracias a este
trabajo volvió a ser nominado para el Oscar en el 2012, y aunque era el
favorito no se llevó el premio a casa, pero sí el reconocimiento de la Sociedad Estadounidense de Cineastas
(ASC -por sus siglas en Inglés-)
Cuarón y Lubezky en el rodaje de "Gravedad" |
En el 2013, el trabajo del Chivo es visto por partida doble,
ya que se estrenó “Deberás amar” (To the
Wonder), dirigida también por Malick, y “Gravity”, donde vuelve a unirse a Cuarón, ganando ahora sí su
primer Oscar de la Academia en el 2014, pero ahí no termina todo, en el 2015,
gracias a “Birdman” vuelve a ganar el
premio de la Academia, además de muchos otros premios más en países como Japón,
Cuba o el Reino Unido, logrando con esto ser reconocido por su profesionalismo,
pues con su visión es capaz de crear atmósferas propicias no sólo para
establecer el tono dramático, sino para materializar los estados de ánimo de
los personajes y empujar la emoción del espectador, cosa que tal vez nunca nos
ponemos a pensar, que no solo las actuaciones o los diálogos nos provocan las
diferentes emociones, sino también el manejo de la fotografía, los tonos
cálidos o fríos, la intensidad de la luz, y no sé cuántos detalles más dentro
de este rubro que nos hacen emocionarnos y vivir la historia que vemos al
máximo.
En el 2015 está trabajando con Alejandro González Iñárritu
en “The Revenant” filmada en Calgary
a 30 grados centígrados bajo cero, también está trabajando nuevamente con
Terrence Malik y con el cineasta Rodrigo García.
Yo creo que el Chivo
nunca se va a quedar sin trabajo, pues sus directores quedan tan contentos con
su desempeño que le siguen llamando para sus siguientes películas, lo que habla
de su calidad, entrega, compromiso, profesionalismo, responsabilidad y ganas de
que todo salga excelente, podría decirse que Lubezki ha sabido ser la mano
derecha de más de un cineasta y ha escrito prodigios con la luz. Es, así, un
gran artista y un brillante colaborador, y todo esto lo ha llevado a ser un exitoso
personaje representativo de la fotografía del cine y de México.
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