Compilado por Graciela Sepúlveda
Una gran amiga, con
quien la vida me unió durante todos los estudios desde kínder hasta
profesional, me sugirió la semblanza para este día, y le agradezco mucho pues
esta semana conocí a una mujer excepcional y que nos deja un gran ejemplo y
sobre todo un mensaje de esperanza para la vejez, les comparto lo que
investigué sobre Rita Levi Montalcini…
Rita Levi Montalcini nació en Turín, Italia el 22 de abril de
1909, dentro de una familia judía de clase media. Ella y su hermana gemela
Paola eran las más pequeñas de la familia. Durante su adolescencia consideró
ser escritora, su padre desanimaba a sus hijas a estudiar en la universidad
pues pensaba que esto interrumpiría la vida que él esperaba que tuvieran de esposas
y madres, pero afortunadamente apoyó las aspiraciones de Rita para estudiar
medicina. Esto la hizo muy feliz y decidió ingresar a la Universidad de
Medicina de Turín después de ver a un familiar cercano morir de cáncer en el
estómago.
Mientras estudiaba, el neurólogo Giuseppe Levi la introdujo al
conocimiento del desarrollo del sistema nervioso. Se especializó en Neurología
y Psiquiatría y después en investigación. Cuando se graduó en 1936 empezó a
trabajar como asistente de Guiseppe Levi, pero la carrera académica que estaba
logrando se vio truncada por el Manifiesto
de Defensa de la Raza de Benito Mussolini y la subsecuente introducción de
las leyes que prohibían a los judíos las carreras académicas y profesionales.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Rita tuvo que ocultarse y
montó en su propio hogar un laboratorio de neuroembriología donde llevó a cabo
experimentos sobre el estudio del crecimiento de las fibras nerviosas en
embriones de pollo, que sentó las bases para gran parte de su investigación posterior.
Su primer laboratorio de genética se encontraba en su
recámara. En 1943, su familia huyó al sur de Florencia, y ella montó otro
laboratorio allí también. Durante este tiempo Rita también ofreció
voluntariamente su experiencia médica para el servicio de la salud de los
aliados. Su familia pudo regresar a Turín en 1945 con el fin de la Segunda
Guerra Mundial.
En septiembre de 1946, Rita aceptó una invitación de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri,
bajo la supervisión del profesor Viktor Hamburger. A pesar de que la invitación
inicial era para un semestre, después de que Rita repitió los emocionantes
resultados de su laboratorio casero, donde descubrió la apoptosis, es decir, la
muerte programada de las células, Hamburger le ofreció una posición como
investigadora asociada. Se quedó en St. Louis durante treinta años. Fue allí
donde, en 1952, realizó su obra más importante: Aislar el factor de crecimiento
nervioso (NGF ) a partir de observaciones de ciertos tejidos cancerosos que
provocan un crecimiento extremadamente rápido de las células nerviosas. En 1958
empezó a dar clases en la Universidad hasta su jubilación en 1977, en 1961 Rita
creó y dirigió el Centro de Investigaciones Neurobiológicas y más tarde el
Instituto de Biología Celular, los dos centros en Roma.
Rita recibe el Premio Nóbel de Medicina |
Rita ha recibido varios reconocimientos y premios por su
labor científica: en 1986 le fue otorgado el Premio Nóbel de Medicina por su descubrimiento del "Factor de crecimiento nervioso"
junto a Stanley Cohen, cuando le dijeron que había ganado el Nóbel dijo que era
un gran honor, sin embargo, también dijo que no había mayor emoción que el
momento del descubrimiento. En 1987 recibió la Medalla Nacional de la Ciencia,
de la comunidad científica estadounidense, así como un sinfín de premios,
reconocimientos y doctorados honoris causa.
No sólo la ciencia le interesaba, sino también la educación
y la ecología. Es autora de numerosos libros, en "Tiempo de cambios", se centró en la necesidad de cambiar
la educación, pues es la clave del progreso. Creó en 1992 con su hermana gemela
Paola, la Fundación Rita Levi-Montalcini
Onlus, con el fin de mejorar la instrucción de niñas y mujeres jóvenes
africanas, principalmente de Etiopía, el Congo y Somalia. Rita impulsó en la ONU la Carta Magna de los
Deberes Humanos para salvar el planeta de los peligros creados por el hombre.
En el año 2001 a Rita se le designó senadora vitalicia en
Italia. El 22 de abril de 2009 cumplió 100 años llena de vitalidad y optimismo,
continuando con sus investigaciones y tan lúcida como a los 20 años, pero con
más experiencia. En su vida se declaró feminista, laica y siempre abogando por
los valores éticos sin esperar recompensa.
Con gran espíritu altruista decía cuando estudiaba: "Mi sueño es ayudar a los que sufren",
y tenía como estímulo el ejemplo del Dr. Albert Schweitzer (1875-1965) que
estaba en África mitigando los efectos de la lepra.
Y aquí viene a lo que me refería cuando les dije al inicio
que nos da esperanza para la vejez, pues Rita afirmaba: "El cerebro no conoce la senilidad, pues aunque mueran neuronas,
las restantes se reorganizan para tener las mismas funciones, pero para ello
hay que estimular el cerebro, mantenerlo ilusionado, activo, para que funcione
y nunca se degenere". Pues a trabajar el cerebro para llegar como Rita
a los 103 años como si nada.
Rita murió el 30 de diciembre de
2012 a la edad de 103 años y en pleno uso de sus facultades mentales. Ella
decía que no le tenía miedo a la muerte, pues lo más importante es el mensaje
que dejas, eso es la Inmortalidad, "la
muerte es natural, llegará un día pero no matará lo que hice. Los mensajes que
uno deja, persisten".
Rita Levi Montalcini, una mujer de
éxito que rompió esquemas para lograr lo que quería, estudiar medicina, y eso
la llevó a dejar un legado de suma importancia para la ciencia, y a su vez, con
su gran altruismo, buscar ayudar a los que sufren, en su caso con su Fundación,
a niñas y mujeres africanas, que con la educación que reciben pueden salir
adelante, pues la educación es la clave del progreso.
Te invitamos a ver estos videos con Rita...
Aportaciones a la ciencia de la neuróloga Rita
Levi-Montalcini.
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