Tenemos una historia
que contarte…
We have a story to tell...
(Please read this
story below the Spanish version)
Podría volverse en
contra tuya
Recién salido de la
escuela técnica, fui en busca de un trabajo. Llevaba una carpeta con copias de mi
pequeño currículo en la mano. Mi experiencia de trabajo incluía: palear grava,
cortar arbustos al lado de las carreteras y la siega de hierba entre las
carreteras. No era impresionante para un joven con un grado en tecnología
electrónica.
En mi último año,
tuvimos una semana de vacaciones en marzo. Me iba diariamente de aventón a la
ciudad de Halifax, caminaba a lo largo de la ciudad llevando una lista de
posibles empleadores, su localización y las solicitudes que iba a entregar.
Perdí siete kilos esa
semana. Los kilómetros de calles caminadas se perdían detrás de mí. Mis currículos
eran las migajas de pan que dejaba como en la historia de Hansel y Gretel.
Varias veces pasaba
por un negocio dos o tres veces – luchando contra los nervios de pedir un trabajo. Lo mismo pasó para
Atlantic Television (ATV). Me hice de valor y entré por la puerta y pregunté a
la recepcionista si podría solicitar un empleo en el departamento de
ingeniería.
"Al jefe de ingenieros le gusta hablar
personalmente con cada persona que aplica. Si tienes tiempo, voy a llamar a
Edgar y ver si está libre."
"Si tengo tiempo." Mis nervios estaban de punta. "Sí, esperaré."
Edgar apareció poco
después de que ella le llamó. Dirigió a un estudiante nervioso hacia su desordenada
oficina. Podía percibir el aroma de un equipo electrónico nuevo a nuestro
alrededor. Edgar me hizo algunas preguntas - simples en comparación con las
entrevistas que había tenido ese día - y dijo que podría tener pronto algo
temporal. Era para ayudar a re cablear la mayor parte de la sala de control de
la estación de televisión. "¡Mantente
en contacto!" -dijo, y me dio su número telefónico.
Fue el mayor logro de la
semana, así que acepté su oferta de mantenerme en contacto. Lo llamé cada dos
semanas para preguntar si el puesto se había abierto. "Todavía no, Michael, pero creo que ya pronto."
Tres semanas más
tarde, Edgar llamó. "Mike, ¿puedes
empezar a trabajar en mayo?"
"Sí, sí puedo. Mi escuela tiene un
programa de liberación anticipada para los alumnos que encuentran trabajo.
Estoy listo cuando me necesites."
Me dieron el trabajo y
me encantó laborar en el canal de televisión así como los compañeros con
quienes trabajaba.
Edgar me dijo que el
trabajo era temporal. Y así fue. Tres meses más tarde, el trabajo estaba terminado
y yo fuera de la estación. Una semana después, un puesto se abrió en el
departamento de ingeniería de su estación de radio hermana - CJCH.
Con la recomendación
de mis ex compañeros de trabajo, fui contratado. El ambiente era diferente en
la estación de radio, y mi sueldo era la mitad de lo que ganaba en la estación
de televisión.
Dos semanas más tarde,
recibí una llamada de una empresa de telecomunicaciones. Querían saber si
estaba interesado en un puesto como técnico de telecomunicaciones. Tendría que
hacer una entrevista y tomar una prueba para que evaluaran mis conocimientos de
electrónica.
Estaba muy interesado.
Tenía un par de amigos que trabajaban en esa empresa y estaban contentos allí.
Yo quería ser parte de esa empresa.
El entrevistador
aceptó reunirse conmigo después de que yo saliera del trabajo para tener mi
entrevista y hacer la prueba, así no quitaba tiempo a mi trabajo.
En el día programado,
salí del trabajo. No tengo coche, no conozco bien el sistema de autobuses, y
nunca había tomado un taxi en mi vida. Hice lo que siempre hago, caminé. El
viento sopló trás de mí sobre mi pesada chaqueta y la lluvia me empapó la piel.
Me senté en la oficina
del Sr. Daupinee escurriendo agua. Me preguntó: "Si consigues el puesto, ¿podrías irte a Moncton, New Brunswick este
próximo lunes por tres meses para un entrenamiento?"
"¿El lunes?"
"Sí. Sé que es apresurado, pero abrimos un
curso para cuatro nuevas contrataciones. Teníamos a los cuatro, pero uno canceló.
Tenemos una necesidad inmediata”.
"¿Hay alguna posibilidad de que pueda
comenzar el siguiente lunes? Realmente quiero el puesto, pero mi gerente actual
va a estar fuera de la ciudad la próxima semana. No puedo irme sin nadie que se
ocupe de la estación. No quiero poner a mi jefe en un predicamento."
"Puede ser posible, Mike. Vamos a ver cómo
te va en la prueba.” Me llevó
a una habitación solitaria, me pasó el examen y salió.
Una hora más tarde, le
entregué mi examen completo al Sr. Dauphinee, le di las gracias por la
oportunidad y recogí el abrigo de la sala de pruebas. Cuando miré hacia abajo,
vi un charco de agua que se había formado
en el suelo debajo de mi chaqueta. Supe entonces que probablemente no conseguiría
el trabajo. No había dejado una buena impresión. Caminé en la lluvia con la esperanza
de encontrar un aventón a casa.
Dos días después, el
señor Dauphinee llamó. "Michael, tienes
el trabajo y puedes iniciar la capacitación
con una semana de retraso. Hablé con el profesor y me dice que va a ir un poco
lento la primera semana, así que no será demasiado difícil alcanzarlos”.
"Muchas gracias, señor Dauphinee." No podía esconder la alegría que sentí, se
notaba en mi voz.
Más tarde me enteré de
que fui el único candidato que pasó la prueba. Mi puntuación fue de sólo el
57%, pero parece que la prueba era tan difícil, que muchos de los egresados de la escuela no obtuvieron altas
calificaciones.
El Sr. Dauphinee me dijo:
"Mike, te contraté no sólo porque eras
la única persona que pasó el examen, sino también porque estabas tan decidido a
obtener el puesto que caminaste dos millas en medio de una fuerte lluvia."
"Gracias, señor".
"Una cosa más se destacó en ti. No
quisiste abandonar tu otro trabajo cuando no habría nadie que se ocupara de la
estación. Eso me dice que harías lo mismo por mí. "
En dos minutos,
aprendí dos lecciones valiosas: para conseguir un trabajo, tienes que demostrar
que realmente lo quieres y no dejar tu otro puesto en una mala posición. Podría
volverse en contra tuya.
Michael T. Smith
Michael vive en
Caldwell, Idaho, con su maravillosa esposa Ginny. Él escribe en su tiempo libre
y está completando una colección de sus historias que se llamará, “From My Heart to Yours”. Para leer más
de sus historias (en Inglés), vaya a: http://ourecho.com/biography-353-Michael-Timothy-Smith.shtml#stories
Publicada
originalmente en OurEcho de Michael Timothy Smith
Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea
Here the English version…
It Could Come Back to Haunt You
Fresh out of technical school, I went in
search of a job. I held a folder with copies of a barren resume in my hand. My
work experience included: shoveling gravel, cutting brush at the side of roads
and mowing grass in the medium between highways. It wasn't impressive for a
young man with a degree in electronic technology.
In my senior year, we had a week long March
break. I hitched a ride to the city of Halifax each day, walked the length of
the city carrying a list of possible employers, located them and submitted
applications.
I lost fifteen pounds that week. The miles
of streets I walked trailed behind me. My resumes were the bread crumbs left in
the story of Hansel and Gretel.
Several times I walked pass a business two
or three times – building up the nerve to ask for a job. It was the same for
Atlantic Television (ATV). I gathered my nerve, stepped through the door and
asked the receptionist if I could apply for a job in the engineering
department.
"The
lead engineer likes to speak personally to each person who applies. If you have
time, I'll call Edgar and see if he is free."
"I
have the time." My nerves were on edge. "Yes, I'll wait."
Edgar appeared soon after she called him.
He led a nervous student to his cluttered office. I could smell the fresh
electronic equipment all around us. Edgar asked me a few questions – simple
compared to today's interviews – and said he might have a temporary opening
coming up. It was to help rewire most of the control room of the television
station. "Stay in touch!"
he said and gave me his number.
It was the biggest lead of my five day
search, so I took him up on his offer to stay in touch. I called him every two
weeks to ask if the job had opened up. "Not
yet, Michael, but I think it will soon."
Three weeks later, Edgar called. "Mike, can you start work in May?"
"Yes,
I can. My school has an early release program for students who find jobs.
I'm
ready when you need me."
I got the job and loved working at a
television station and the people I worked
with.
Edgar told me the job was temporary. He was
right. Three months later, the job was complete and I was out the door. A week
later, a position opened up in the engineering department of their sister radio
station – CJCH.
With the recommendation of my former
coworkers, I was hired for that. The atmosphere was different at the radio
station, and my pay was half what I made at the television station.
Two weeks later I received a call from a
telecommunications company. They wanted to know if I was interested in a
position as a telecommunications technician.
I’d have to schedule an interview and take
a test to rate my knowledge of electronics.
I was very interested. I had a couple
friends working with the company and they were happy there. I wanted to be a
part of that company.
The interviewer agreed to meet with me
after hours to have my interview and to write the test, so I wouldn’t miss time
from my job.
On the scheduled day, I left work. I didn’t
have a car, didn’t know the bus system well, and had never taken a taxi in my
life. I did what I always did, I walked.
The wind blew my heavy jacket behind me
like a cap and the rain soaked me to the skin.
I sat in the office Mr. Daupinee’s office
dripping water. He asked, “If you get the
position, would you be able to move to Moncton, New Brunswick this coming
Monday for three months training?”
“Monday?”
“Yes.
I know it is short notice, but we have openings in the class for four new
hires. We had four, but one canceled on us. We have an immediate need.”
“Is
there a chance I could start the following Monday? I really want the position, but
my current manager is going to be out of town next week. I can’t leave with no
one to take care of the station. I don’t want to put my manager in a bad
position.”
“It
might be possible, Mike. Let’s see how you do on the test.” He took me to a lonely room, handed me the test and left.
An hour later, I handed my completed test
to Mr. Dauphinee, thanked him for the opportunity and collected my coat from
the testing room. When I looked down, I noticed a puddle of water had collected
on the floor under my jacket. I knew then and there that I probably wouldn’t
get the job. I wasn’t leaving a good impression. I walked out into the rain and
hoped to find a ride home.
Two days later Mr. Dauphinee called. “Michael, you got the job and you can start
the training a week late. I spoke to the instructor and he says he’ll go a
little slow the first week so they won’t be too far ahead when you start.”
“Thank
you so much, Mr. Dauphinee.” I couldn’t keep the
joy I felt from showing in my voice.
Later I learned I was the only applicant to
pass the test. My score was only 57%, but apparently the test was so hard, not
many kids coming out of school get a high mark.
Mr. Dauphinee told me, “Mike, I hired you not just because you were the only person to pass
the test, but also because you were so determined to get the position that you
walked two miles in a heavy rain.”
“Thank
you, Sir.”
“One
more thing stood out. You didn’t want to leave your other job when there would
be no one to take care of the station. That tells me you would not do the same
to me.”
In two minutes, I learned two valuable
lessons: to get a job, you have to show you want it and never leave another
position on a bad note. It could come back to haunt you.
Michael T. Smith
Michael lives in Caldwell, Idaho with his
wonderful wife Ginny. He writes in his spare time and is completing a
collection of his stories to be called, From
My Heart to Yours. To read more of his stories, go to: http://ourecho.com/biography-353-Michael-Timothy-Smith.shtml#stories
Originally published on OurEcho
from Michael Timothy Smith
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