Tenemos una historia que que queremos contarte...
We have a story to tell...
(Please read this story below the Spanish story)
Conquistando las escaleras...
¿Alguna vez has dejado
que el miedo te venza? Pues bien, hoy, vas a leer acerca de un perro increíble
que me ayudó a superar el mío.
Caspian era el
miembro más nuevo en la familia. Apareció en el patio de mi vieja casa de campo
de100 años de antigüedad en Virginia, temprano una mañana. Era piel y huesos,
cubierto de garrapatas, pulgas y plagas, y había recibido un disparo - su cuerpo
flaco estaba lleno de perdigones. Le eché un vistazo a este animal patético y
le dije que estaba en casa.
Tomó semanas de
tratamientos con veterinarios, baños y muchos platones de alimentos, pero
finalmente comenzó a parecerse a un perro que lo iba a lograr. Sus huesos comenzaron
a desaparecer, su pelo adquirió brillo, y se convirtió en mi sombra constante
para mostrar su agradecimiento por salvarle la vida.
Siempre estaba
conmigo - excepto cuando subía a mi oficina.
Mi casa tenía una escalera
de madera bastante ancha que conducía al 2° piso. Caspian estaba aterrorizado
de ella. No importaba lo que hiciera para construir su confianza, o el
maravilloso bocado de comida con que lo tentaba, se negaba a subir las
escaleras. Se limitaba a encogerse en el escalón de más abajo y a temblar todo
cada vez que se acercaba a ellas. Sin embargo, cuando yo iba a mi oficina, se
sentía abrumado por la desesperación al verse separado de mí y se quedaba en la
parte de abajo lloriqueando y quejándose.
No tenía ni idea de
que podría haber creado este miedo, y menos aún una idea de cómo vencerlo.
Después de dos semanas de diarios intentos, finalmente me di por vencida. Si él
no quería subir las escaleras - que así sea. Pero mi única defensa de su lastimoso
gimoteo era subir el volumen de la música cuando tuviera que estar en mi
oficina. Cuando dejaba mi oficina y bajaba las escaleras, Caspian estallaba en
alegría frenética por estar nuevamente reunidos.
Pasó alrededor de
un mes siguiendo este comportamiento, una mañana me despertó un ruido. Me quedé
acostada en la cama tratando de identificar qué era.
Clic, clic, clic. Silencio. Clic, clic,
clic. Silencio.
Tomó alrededor de unos
quince minutos antes de que mi curiosidad finalmente se impusiera a mi deseo de
permanecer bajo las tibias sábanas. Arrojé a un lado mi edredón, tomé una bata
y fui a investigar. Cuando identifiqué la fuente del ruido, me quedé con la
boca abierta.
Vi como Caspian
cuidadosamente subía las escaleras. Clic, clic, clic. Llegaba a la cima, se
daba la vuelta, y luego comenzaba a bajar. Clic, clic, clic.
Cuando llegó a la
parte inferior, se volvió y me miró como diciendo, realmente no es gran cosa. ¡Yo puedo hacer
esto!
Y entonces lo hizo,
una, otra, y otra vez, por lo menos 25 veces más - después de ya haberlo hecho
durante 15 minutos antes de que finalmente yo viniera a investigar.
Miré como crecía su
confianza con cada ascenso y descenso de la "temida escalera". Su
lengua colgaba con alegría y su cola se meneaba por haber triunfado sobre sus
temores. Sabía que nunca más tendría que separarse de mí por culpa de las
escaleras.
Yo ya lo amaba,
pero desde ese día empecé a sentir un respeto increíble por su valentía y
capacidad de recuperación. Y también me cuestioné acerca de lo que estaba
dispuesta a hacer para superar mis miedos. ¿Estaba dispuesta a enfrentar mis
temores cara a cara y luego tomar las medidas para superar ese miedo? ¿Estaba
dispuesta a sentir el miedo, y como quiera hacerlo de todos modos? ¿Estaba
dispuesta a atacar mis temores, por el tiempo que fuera necesario para
superarlos? Tomé un montón de decisiones ese día que me han dado una vida mucho
más rica - ¡y tengo que dar las gracias a Caspian por ello!
Así que ahora plantéate
tú las mismas preguntas: ¿Estás dispuesto a enfrentar tus temores cara a cara y
luego tomar las medidas para superarlos? ¿Estás dispuesto a sentir el miedo, y como
quiera hacerlo de todos modos? ¿Estás dispuesto a atacar tus miedos durante el
tiempo que se necesite para superarlos?
Cada vez que enfrentes
un miedo, trata de recordar a un perro valiente que fue capaz de vencer sus
miedos con amor y determinación - y luego seguir su ejemplo. Todos nosotros
tenemos miedo a algo en nuestras vidas. No hay vergüenza en tener miedo. La
clave de la victoria, sin embargo, es hacer frente al miedo con la cara en alto
y hacer lo que sea necesario para superarlo. Puedes dejar que tus temores te
impidan lograr todo lo que quieres en la vida, o puedes seguir el ejemplo de Caspian ¡y
conquistar las escaleras!
Ginny Dye
Ginny Dye es la
fundadora y CEO (Presidenta) de la compañía Ultimate
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Publicada originalmente
en Internet en Insight Of The Day de Bob Proctor
Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés Bermea
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Here the English version...
Conquering the Stairs
Have you ever let fear conquer you? Well
today, you're going to read about an amazing dog who helped me overcome mine.
Caspian was a new addition to my
household. He had shown up in the front yard of my 100 year old Virginia
farmhouse one early morning. He was skin and bones, covered with ticks, fleas
and sores, and had been shot - his skinny body riddled with buckshot. I took
one look at this pathetic animal and told him he was home.
It took weeks of vet treatments, baths
and many bowls of food, but he finally began to look like a dog that was going
to make it. His bones began to disappear, his coat took on a shine, and he
became my constant shadow to show his appreciation for me saving his life. He
was always with me - except when I went upstairs to my office.
My home had a wide expanse of wooden
stairs that led to the 2nd floor. Caspian was terrified of them. It didn't
matter what I did to build his confidence, or what wonderful tidbit of food I
tempted him with, he refused to climb those stairs. He would just cower at the
bottom stair and shake all over whenever I got him near them. Yet when I went
up to my office, he was overcome with despair at being separated from me and
laid at the bottom whimpering and whining.
I had no idea what had created this
fear, and I had even less of an idea of how to conquer it. After two weeks of
daily attempts, I finally gave up. If he didn't want to climb the stairs - so
be it. But my only defense from his pitiful whining was to turn the music up
any time I needed to be in my office. When I would leave my office and come
downstairs, Caspian would erupt with frantic joy to be reunited once again.
About a month into this pattern, I was
awakened one morning by a noise. I lay in bed trying to identify what it was.
Click, click, click. Silence. Click,
click, click. Silence.
It kept on for close to fifteen minutes
before my curiosity finally overwhelmed my desire to stay under the warm
covers. I threw aside my quilt, grabbed a robe and went out to investigate.
When I identified the source of the noise, I just stood there with my mouth
wide open.
I watched as Caspian carefully climbed
the stairs. Click, click, click. He got to the top, turned around, and then
started back down. Click, click, click.
When he got to the bottom, he turned and
gazed at me as if to say, It's really no big deal. I can do this!
And then he did it again, and again, and
again. At least 25 more times - after already having done it for 15 minutes
before I finally came to investigate.
I watched his confidence grow with each
ascent and descent of the "dreaded stairs." His tongue hung out in
joy and at the end his tail was wagging is triumph over his fears. He knew he
would never again have to be separated from me because of the stairs.
I already loved him, but that day I
gained an incredible respect for his courage and resilience. I was also
challenged about what I was willing to do to overcome my fears. Was I willing
to stare my fears in the face and then take the steps to overcome that fear?
Was I willing to feel the fear, and then do it anyway? Was I willing to attack
my fears, for as long as it took to overcome them? I made a lot of decisions
that day that have given me a much richer life - and I have Caspian to thank
for it!
So now I pose the same questions to you:
Are you willing to stare your fears in the face and then take the steps to
overcome them? Are you willing to feel the fear, and then do it anyway? Are you
willing to attack your fears for as long as it takes to overcome them?
Every time you are faced with a fear,
try to remember a courageous dog that was able to conquer his fears with love
and determination - and then follow his lead. All of us are afraid of something
in our lives. There is no shame in being afraid. The key to victory, however,
is to face your fear head on and do whatever it takes to overcome it. You can
let your fears stop you from achieving all you want in life, or. you can follow
Caspian's lead and conquer the stairs!
Ginny Dye
Ginny Dye is the Founder
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