"La gratitud es sin duda alguna la manera de traer más
a tu vida."
"Gratitude is absolutely the way to bring more
into your life."
Máster en Administración de Empresas Marci Shimoff
es coautora de los grandes éxitos Sopa
de pollo para el alma de la mujer y Sopa
de pollo para el alma de la madre. Es líder transformacional y
habla apasionadamente sobre el desarrollo personal y la felicidad. Su trabajo
está especialmente dirigido a ensalzar las vidas de las mujeres. También es
cofundadora y presidenta de The Esteem Group, empresa que ofrece programas
inspiracionales y de autoestima para mujeres.
Su web es: http://www.marcishimoff.com/
Author también de: Love For No Reason
Marci
Shimoff is a #1 NY Times bestselling author, a celebrated transformational
leader, and one of the nation's leading experts on happiness, success, and
unconditional love. She is the author of the runaway bestsellers Love for No
Reason and Happy for No Reason, which offer revolutionary approaches to
experiencing deep and lasting love and happiness. These books soared to the top
of many national bestseller lists including The New York Times, Amazon, and the
Wall Street Journal and have been translated into 31 languages…
Marci tiene una
maravillosa historia que contarte…
Marci has a wonderful story to tell you...
(Please read this story below the Spanish
version)
Amar sin razón alguna
A través de la
ventanilla del tren veía pasar los pueblos y viñedos de la campiña italiana.
Era 1942 y Sussi Penzias, una joven judía que había huido de la Alemania nazi, viajaba
sola, con la esperanza de pasar desapercibida. Desde que había llegado a Italia
tres años antes, se había estado moviendo de un lugar a otro, viviendo con
amigos y con amigos de amigos, escondiéndose de las autoridades. Ahora estaba
en camino a otra casa segura en una nueva ciudad.
De repente, la puerta
al final del vagón se abrió y dos oficiales de policía entraron. El corazón de Sussi latía aceleradamente. Vestían
el uniforme negro de los Fascistas, la policía del gobierno. Para horror de Sussi,
los policías comenzaron a caminar por el pasillo, deteniéndose en cada fila
para examinar los documentos de cada pasajero.
Sussi sabía que tan
pronto como los policías descubrieran que no tenía papeles, sería arrestada. Estaba aterrorizada, iba a
terminar en un campo de concentración, y se enfrentaría a un sufrimiento
inimaginable y a una muerte casi segura.
Los oficiales estaban
cada vez más cerca, a sólo un par de filas de distancia. No había escapatoria.
Era sólo cuestión de minutos antes de que llegaran a su asiento. Sussi comenzó
a temblar incontrolablemente, y las lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
El hombre sentado
junto a ella notó su angustia y cortésmente le preguntó por qué estaba
llorando.
“Soy judía y no tengo documentos", susurró ella, casi sin poder
hablar.
Para su sorpresa, unos
segundos más tarde, el hombre comenzó a gritarle: "¡Idiota, no puedo creer lo estúpida que eres! ¡Qué imbécil!"
Los policías, al oír
la conmoción, dejaron lo que estaban haciendo y se acercaron. "¿Qué está pasando aquí?" preguntó
uno de ellos. Sussi empezó a llorar aún más fuerte.
El hombre se volvió con
un gesto de disgusto a los policías y les dijo: "Oficiales, ¡llévense a esta mujer lejos! Yo traigo mis documentos,
¡pero mi esposa ha olvidado los suyos!
Siempre se le olvida todo. Estoy
harto de ella. ¡No la quiero volver a ver!
Los oficiales se
echaron a reír, sacudiendo la cabeza ante tal pelea matrimonial y siguieron su
camino.
Con un acto
desinteresado de cariño, el extraño en el tren había salvado la vida de Sussi.
Sussi nunca volvió a ver al hombre. Ni siquiera supo su nombre.
*******
Cuando la
sobrina-nieta de Sussi, Shifra, me contó la historia, me quedé impresionada. Me
pregunté, ¿Qué es lo que inspira a
alguien a ayudar, incluso arriesgando su vida, por alguien que no conoce?
El hombre del tren no ayudó a Sussi porque ella le había preparado un gran
desayuno por la mañana o porque había recogido su ropa de la tintorería. Él la
ayudó, porque en ese momento de heroísmo fue movido por un impulso de compasión
y amor incondicional.
No estoy hablando de Hollywood o el tipo de
amor de las tarjetas de Hallmark, sino del amor como un estado del ser, la
clase de amor que no tiene límites y no pide nada a cambio.
¿Es posible vivir en ese estado de amor incondicional
todo el tiempo?
Esa fue la pregunta
que me propuse responder cuando empecé a escribir mi libro más reciente, “Love for No Reason” (La traducción
literal sería: Amar sin razón alguna).
Y lo que he aprendí a través de mi investigación es que cada uno de nosotros
puede cultivar en el amor incondicional, la clase de amor que no depende de
ninguna persona o situación. Imagina amar a la gente, no porque llenan tus
necesidades o porque sus opiniones coinciden con las tuyas, sino porque estás
conectado a un estado de amor puro en tu interior.
Este cambio simple
pero profundo crea cambios notables en todos los ámbitos de la vida. En lugar
de sentirse constantemente hambrientos de amor, seguridad, más cosas, más
reconocimientos, más de todo, las personas que aman incondicionalmente se
sienten satisfechas y completas. Afecta la forma en que lo demuestran en cada
momento. De hecho, aunque la vida de una persona no depende de hacer este
cambio, la calidad de su vida sí. Cuando la gente vive en el amor incondicional
su mundo se transforma del blanco y negro al deslumbrante Technicolor.
Por Marci Shimoff. Adaptado
de “Love for No Reason: 7 Steps to Creating a Life of Unconditional Love” (Free
Press, December 2010), que ofrece un enfoque
para experimentar un estado duradero de amor incondicional. www.TheLoveBook.com
Publicada
originalmente en Internet en Insight
Of The Day de Bob Proctor
Adaptación al Español:
Graciela Sepúlveda y Andrés
Bermea
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Here the English version...
Love for No Reason
Through the train window, she watched the
villages and vineyards of the Italian countryside go by. It was 1942 and Sussi
Penzias, a young Jewish woman who'd fled Nazi Germany, was traveling alone,
hoping to remain unnoticed. Since she'd arrived in Italy three years earlier,
she'd been moving from place to place, staying with friends and friends of
friends, hiding from the authorities. Now she was on her way to yet another
safe house in a new town.
Suddenly, the door at the end of the train
car swung open and two police officers came in. Sussi's heart beat wildly. They
were wearing the black uniform of the Fascisti, the government police. To
Sussi's horror, the policemen began making their way down the aisle, stopping
at every row to examine the papers of each passenger.
Sussi knew that as soon as the policemen
discovered she had no papers, she would be arrested. She was terrified she'd
end up in a concentration camp, and would face unimaginable suffering and
almost certain death.
The officers were getting closer, just a
few rows away. There was no escape. It was only a matter of minutes before they
would reach her seat. Sussi began to tremble uncontrollably, and tears slid
down her cheeks.
The man sitting next to her noticed her
distress and politely asked her why she was crying.
"I'm
Jewish and I have no papers," she whispered,
hardly able to speak.
To her surprise, a few seconds later the
man began shouting at her, "You
idiot! I can't believe how stupid you are! What an imbecile!"
The police officers, hearing the commotion,
stopped what they were doing and came over. "What's
going on here?" one of them asked. Sussi began crying even harder.
The man turned a disgusted face to the
policemen and said, "Officers, take
this woman away! I have my papers, but my wife has forgotten hers! She always
forgets everything. I'm so sick of her. I don't ever want to see her
again!"
The officers laughed, shaking their heads
at the couple's marital spat, and moved on.
With a selfless act of caring, the stranger
on the train had saved Sussi's life. Sussi never saw the man again. She never
even knew his name.
* * * * *
When Sussi's great-niece, Shifra, told me
this story, I was in awe. I wondered, What is it that inspires someone to
extend himself, even risk his life, for someone he doesn't know? The man on the
train didn't help Sussi because she'd made him a great breakfast that morning
or had picked up his dry cleaning. He helped her because in that moment of
heroism he was moved by an impulse of compassion and unconditional love.
I'm not talking about Hollywood or
Hallmark-card kind of love, but love as a state of being-the kind of love that
is limitless and doesn't ask to be returned.
Is it
possible to live in that state of unconditional love all the time?
That was the question I set out to answer
when I started writing my most recent book, “Love
for No Reason”. And what I learned through my research is that each of us
can grow in unconditional love, the kind of love that doesn't depend on any
person or situation. Imagine loving people, not because they fill your needs or
because their opinions match your own, but because you're connected to a state of
pure love within yourself.
This simple but profound shift creates
remarkable changes in every area of life. Instead of feeling a little hungry
all the time-for love, security, more stuff, more recognition, more
everything-people who are unconditionally loving feel full and complete. It
affects how they show up in every moment. In fact, though a person's life might
not depend on making this shift, the quality of his or her life does. When
people live in unconditional love their world turns from black-and-white to
dazzling Technicolor.
By Marci Shimoff. Adapted from Love for No
Reason: 7 Steps to Creating a Life of Unconditional Love (Free Press, December
2010), which offers a breakthrough approach to experiencing a lasting state of
unconditional love. www.TheLoveBook.com
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