“No
importa lo que hice en el gimnasio, sino cómo he llegado hasta donde estoy.
Pero eso no es lo último que verán de mi, volveré porque soy un luchador”
“It doesn’t matter what I’ve done in there,” he said, gesturing to the
arena floor. “It’s how I’ve got to where I am now. But that isn’t the last
people are going to see of me. I’ll be back because I’m a fighter.”
Hoy les presentamos la semblanza de un joven en el camino del éxito, que venció a la adversidad y a su propio cuerpo; le dijeron que ya no iba a caminar y hoy es un competidor olímpico. Es la historia de...
Kieran
Behan, el irlandés que desafió a la adversidad...
Compilado
por Graciela Sepúlveda
Debe de haber muchas historias de triunfo sobre
la adversidad en estas Olimpiadas de Londres 2012, aquí les comparto una de las
más inspiradoras…
Kieran
Behan nació el 19 de abril de 1989 y se enamoró de la gimnasia a muy corta edad
años cuando vio los Juegos Olímpicos celebrados en Atlanta en 1996. Empezó a
soñar en estar ahí algún día. A los 8 años empezó a tomar clases y mostró ser
una gran promesa en esta disciplina.
Sin
embargo, a los 10 años, todo lo que Kieran prometía se vio seriamente amenazado
cuando un tumor benigno se encontró en su pierna. Su familia estaba tranquila
pues el tumor no era de cuidado, sin embargo, durante la operación le dejaron
un torniquete puesto mucho tiempo y muy apretado, causándole daño en los
nervios de su pierna izquierda así como un dolor insoportable. Esto lo dejó
confinado a una silla de ruedas y con el diagnóstico de los doctores de que no
volvería a caminar, menos de seguir con la gimnasia. Fue un largo y penoso
camino de rehabilitación, su mamá renunció a su trabajo para estar con él y
ayudarlo, y después de 15 meses, volvió a caminar.
Kieran
regresó al gimnasio, pero a los pocos meses sufrió lo que él llama su “extraño accidente”. Estando parado de
manos en la barra más alta, se resbaló y se golpeó la cabeza. Esto resultó en
un trauma cerebral y un daño severo en el canal vestibular de su oído interno,
el órgano del balance, el que te dice si vas a la derecha o izquierda, arriba o
abajo. Nuevamente el diagnóstico fue sombrío. “Tuve que ver un psiquiatra que me sentó y me dijo que era muy poco
probable que volviera a caminar y que tenía que aceptarlo” comenta Kieran.
Y otra vez se dedicó a probar que los doctores estaban mal. Esta vez el camino
de regreso fue mucho más largo. Tuvo que aprender todo nuevamente, como
sentarse en una cama de hospital, la coordinación mano-ojo, a comer, como
cachar una bola, ser capaz de ver objetos moverse rápidamente sin desvanecerse.
Para ayudarlo a eso su mamá lo ponía en su silla de ruedas junto a la ventana
para que pudiera ver los carros pasar, seguirlos con la vista y mover la
cabeza.
Cuando
finalmente pudo regresar a la escuela lo hizo caminando primero con un andador,
después con un bastón. En total, tres años pasaron antes de que se recuperara
lo suficiente como para regresar al gimnasio y aun así todavía se desvanecía
ocasionalmente. “El primer día que
regresé estaba tan emocionado, como si fuera un niño esperando abrir sus
regalos de navidad” dice Kieran.
Podríamos
pensar que las cicatrices mentales que le quedaron a Kieran de su accidente lo
podrían haber alejado o atemorizado al volver a practicar la gimnasia, pero él
dice que fue un accidente tonto, y comenta “El
cuerpo es más capaz de lo que nadie se imagina, pero la mente es la cosa más
poderosa”, “No hay razón para tener
miedo, porque amo la gimnasia – es probable que me haya hecho la persona que
soy ahora. Si no fuera por la gimnasia, tal vez estaría en una silla de ruedas
todavía”.
El camino
hacia los Juegos Olímpicos no fue sencillo para Kieran. En los siguientes años
se le rompieron un brazo, después una muñeca, y los ligamentos cruzados
anteriores de las dos rodillas se le dañaron en el espacio de un año, sin
embargo nada lo detuvo de obtener en el 2011 el Campeonato de la Federación
Internacional de Gimnasia. Después de competir en el All Around en Tokio, ganó un lugar en el evento para poder
calificar para las Olimpiadas de Londres 2012. El miércoles 11 de enero de 2012
fue confirmado que Kieran Behan representaría a Irlanda en Londres. Obtuvo el
cuarto lugar en el Evento Final de Piso del evento para elegir a los
competidores de Londres.
Behan es el
primer gimnasta irlandés en calificar para las Olimpiadas en 16 años. En 1996
calificó Barry McDonald pero como comodín, lo que significa que Kieran hizo
historia al ser el primer gimnasta Irlandés en calificar a través del proceso
oficial.
Todo su
caminar por los campeonatos de gimnasia fueron sin el apoyo económico de su
país, por lo que sus papás y él hicieron todo lo que pudieron para obtener los
recursos tanto para su preparación como
para sus viajes, dejaron de salir de vacaciones por 10 años, hacían ventas de
pasteles, hacían rifas y lavaban carros, todo lo que se les ocurría además de
vivir muy estrechamente. Afortunadamente cuando obtuvo su calificación para las
Olimpiadas obtuvo un apoyo de 20,000 Euros para ayudar a su preparación.
El sueño de
Kieran se hizo realidad y participa en Londres en sus primeros Juegos
Olímpicos, “todo lo que puedo pensar es:
¿Estoy soñando? Díganme que esto está pasando en realidad” dice Kieran.
En Londres
Behan compite en salto de caballo, barra horizontal y en su especialidad,
ejercicios de piso. Sin embargo, el joven irlandés de 23 años no espera una
medalla, o tal vez ni siquiera llegar a las finales. En lugar de eso, Behan
espera que sus batallas puedan servir como una inspiración no solo a otros
atletas, sino a cualquiera que esté enfrentando dificultades en su vida.
Kieran Behan y su entrenador Simon Gale |
El sábado
pasado, 28 de julio, hace unos días, Kieran compitió en las Olimpiadas de
Londres 2012, y todo lo que había sufrido en su joven vida llena de heridas
graves y de la recuperación de cada una de ellas le inundaron la cabeza. “Tenía cada emoción, cada recuerdo y de todo
me di cuenta en ese momento” dijo con lágrimas en sus ojos. El sábado el
valiente Kieran perdió la concentración y no pudo llegar a la final en ningún
evento. “Siento mis piernas como si
fueran de gelatina, pero al final del día, voy a mantener mi cabeza en alto con
una sonrisa” dijo.
Al tener
esta primera experiencia olímpica Behan no podía dejar de pensar en todo el
apoyo recibido de familiares y amigos, ya que sin ellos nunca hubiera podido
convertirse en el atleta olímpico que es. “No
importa lo que hice en el gimnasio, sino cómo he llegado hasta donde estoy.
Pero eso no es lo último que verán de mi, volveré porque soy un luchador”
así se despidió Kieran de sus primeras Olimpiadas.
Kieran Behan, un hombre que luchó y luchó por
lograr su sueño hasta que lo alcanzó, no le importó que le dijeran que no se
podía, que ya no iba a poder caminar, que costaba mucho dinero y no alcanzaba,
todo el dolor y sufrimiento que pasó para lograrlo valió la pena para él,
además del apoyo de toda la gente buena que lo rodeaba, todo esto nos hacer
darnos cuenta de que todos podemos alcanzar lo que nos proponemos, solo tenemos
que tener un sueño y dirigirnos a él, porque si Kieran pudo, ¡nosotros también!
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