"Mi médico me dijo que
nunca volvería a caminar. Mi madre me dijo que sí lo haría. Yo le creí a mi
madre."
“My doctor told me I would never walk again. My
mother told me I would. I believed my mother.”
Wilma Rudolph
Wilma Rudolph (Clarksville,
Tennessee, E.U.A. - 23 de junio de 1940 - 12 de noviembre de 1994) fue una
atleta estadounidense. Niña prematura, tuvo una doble neumonía a los cuatro años, y con seis, un
ataque de poliomielitis le dejó paralizada una pierna durante varios años. A
pesar de eso, su tesón le llevó a superar estas contrariedades, y fue una buena
jugadora de baloncesto y corredora en el instituto.
En ocasiones aun nuestro propio cuerpo parece estar en contra nuestra, pero la fe, la determinación, la pasión y la disciplina pueden ser la combinación para lograr el éxito personal. En nuestra semblanza de hoy una historia de genuino triunfo:
Wilma Rudolph "La gacela negra"
Compilado por Graciela Sepúlveda
Es impresionante como
este gran evento que pronto tendremos, las Olimpiadas, me ha hecho conocer
gente valiosísima, grandes seres humanos que han luchado y pasado grandes
adversidades y que han podidos salir adelante, y después de obtener sus
triunfos para los que se prepararon, siguieron ayudando a los demás
incansablemente. Son un gran ejemplo a seguir para todos nosotros y una
motivación para que hagamos lo propio en el terreno o carrera en que nos
desempeñamos. Hoy quiero compartirles la historia de Wilma Rudolph, una atleta
extraordinaria, que sufrió limitaciones físicas que incluso le impidieron
caminar…
Wilma Glodean Rudolph
nació el 23 de junio de 1940 en Clarksville,
Tennessee, U.S.A. dentro de una familia muy numerosa y fue ¡la número 20 de 22 hijos! Sus papás, Ed
y Blanche Rudolph eran gente honesta y muy trabajadora, pero muy pobres. El
señor Rudolph trabajaba como camarero en los ferrocarriles y la señora Rudolph
cocinaba, lavaba y hacía limpieza para las familias blancas adineradas. Les
tocó vivir una época muy dura, la Gran
Depresión, y hacían todo lo posible para estirar el gasto, por ejemplo, le
hacían a las niñas vestidos con los sacos de harina.
Wilma nació
prematuramente y pesó sólo 2 kilos. Debido a la segregación racial, por ser de
color, a ella y su mamá no les permitieron ser atendidas en el hospital local,
pues era solo para blancos. Sólo había un médico negro en Clarksville, y el presupuesto de Rudolph era escaso, por lo que la
madre de Wilma pasó los siguientes años amamantándola mientras sufría una
enfermedad tras otra: sarampión, paperas, escarlatina, varicela y neumonía. Sin
embargo tuvo que ser llevada al médico cuando descubrieron que su pierna y pie
izquierdos empezaron a debilitarse y deformarse. Les dijeron que tenía
poliomielitis, una enfermedad incapacitante que no tenía cura, y que la niña no
volvería a caminar. Pero la señora Rudolph no se iba a dar por vencida con
Wilma. Encontró que la niña podía ser tratada en el Meharry Hospital, la universidad médica para negros de la Fisk University en Nashville.
Aunque
estaba a 80 kilómetros, la mamá de Wilma la llevó ahí dos veces por semana por
dos años, hasta que fue capaz de caminar ayudada por un aparato ortopédico de
metal. Entonces los doctores le enseñaron a la señora como dar la terapia de
ejercicios físicos en su casa. Todos sus hermanos y hermanas ayudaron también a
hacerle los ejercicios a Wilma, le daban masajes a sus piernas cuatro veces al
día, y también hicieron todo lo posible para animarla a que fuera fuerte y
trabajara duro para ponerse bien. Finalmente a los 12 años, pudo caminar
normalmente sin muletas, aparatos o zapatos especiales, “cuando tenía 12 años” le dijo al Chicago Tribune, “desafiaba a todos los niños del barrio para
correr y saltar”.- El apoyo incondicional de la familia, la fe en poder salir
adelante sin importar los pronósticos de los médicos, el amor de los hermanos,
todo esto infundió la fuerza necesaria para lograr lo que Wilma se propuso y la
hizo salir adelante airosa-.
Fue entonces cuando
decidió que quería ser atleta.
Wilma quería
desesperadamente jugar basquetbol en secundaria, pero no podía convencer al
coach de meterla al equipo. Cuando finalmente se animó a pedirle que le hiciera
una prueba, accedió a hacérsela, aún así no la integraron el primer año,
finalmente pudo ingresar ya que el coach quería a su hermana mayor en el
equipo, su papá accedió solo si Wilma ingresaba al equipo también.
Pronto Wilma floreció
como una gran jugadora de baloncesto. Durante su segundo año de secundaria
anotó 803 puntos en 25 partidos, un nuevo record estatal para un equipo de
jovencitas. También empezó a correr en la pista de la secundaria y teniendo 14
años atrajo la atención del entrenador de las mujeres de la Tennessee State University, Ed Temple.
Temple le dijo que tenía el potencial para convertirse en una gran corredora, y
durante las vacaciones de verano de la secundaria se entrenó con él y los
estudiantes de Tennessee.
Corrió tan bien
durante su último año de secundaria que calificó para las Olimpiadas de 1956 en
Melbourne, Australia, donde ganó una medalla de bronce en la prueba de relevos
4 x 100. Wilma siguió muy pegada al atletismo y en 1959 calificó para los
Juegos Olímpicos de 1960 en Roma, Italia. Wilma ganó tres medallas de oro, en las
pruebas de 100 metros planos, 200 metros planos, -donde rompió el record
mundial- y en los relevos 4 x 100, fue nombrada la mujer más veloz de la
historia y fue la primera mujer americana
en ganar 3 medallas de oro en una Olimpiada. -El esfuerzo da sus frutos, bien por Wilma!!!-.
Wilma se convirtió
rápidamente en una celebridad en Europa y América. Las multitudes se reunían
donde quiera que se presentaba. Después del tour europeo, posterior a los
Juegos Olímpicos realizado por el equipo americano, Wilma regresó a su ciudad
natal, Clarksville, y, según sus
deseos, el desfile de celebración y el banquete en su honor fueron los primeros
eventos totalmente integrados en la historia de la ciudad, donde por primera
vez blancos y negros convivieron en una celebración.- Fue una gran defensora de los derechos humanos y la integración
racial-.
Wilma fue invitada a
la Casa Blanca con el presidente John F. Kennedy y empezó una ronda de cenas,
premios y apariciones en la televisión.
Se retiró del
atletismo en 1963, año en que recibió una beca completa para estudiar en la Universidad de Tennessee donde recibió
su licenciatura en Educación Primaria,
esto hubiera sido casi imposible viniendo de una numerosísima familia negra.
Después de su retiro, Wilma trabajó como maestra en la Cobb Elementary School, siendo también entrenadora de atletismo en Burt High School, donde estudió y fue
descubierta por su coach, y fue también comentarista de deportes en televisión
nacional. Wilma fue también madre de 4 hijos.
Wilma compartió su
extraordinaria historia con el mundo en su autobiografía “Wilma”, en 1977. Su libro se llevó a las pantallas de televisión.
En los ‘80s fue incluida en el U. S.
Olympic Hall of Fame y estableció la Fundación
Wilma Rudolph para promover el atletismo amateur.
El 12 de noviembre de
1994 Wilma murió en su casa en Brentwood,
Tennessee, debido a un tumor cerebral.
Wilma Rudolph, un excelente ejemplo de persona
y heroína de nuestros tiempos y de mujer exitosa. Siempre tuvo confianza en ella
misma y una actitud positiva; se enfocó siempre más en sus posibilidades que en
sus incapacidades, y esto es lo que le dio la voluntad para nunca rendirse.
Wilma Rudolph es una mujer inspiradora que rompió muchas barreras de
incapacidad y se sobrepuso a muchos obstáculos inalcanzables, la niña que tuvo
poliomielitis y que nunca volvería a caminar, sin embargo, llegó a ser la mujer
más veloz del mundo. Así que ya lo sabes, no hay pretextos ni excusas, ni
limitaciones que parezcan insalvables. Si realmente quieres, realmente puedes.
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