sábado, 21 de julio de 2012

Fe, determinación, pasión, disciplina, la combinación del éxito… / Faith, determination, passion, discipline, the combination of success...

"Mi médico me dijo que nunca volvería a caminar. Mi madre me dijo que sí lo haría. Yo le creí a mi madre."
“My doctor told me I would never walk again. My mother told me I would. I believed my mother.”

Wilma Rudolph

Wilma Rudolph (Clarksville, Tennessee, E.U.A. - 23 de junio de 1940 - 12 de noviembre de 1994) fue una atleta estadounidense. Niña prematura, tuvo una doble neumonía a los cuatro años, y con seis, un ataque de poliomielitis le dejó paralizada una pierna durante varios años. A pesar de eso, su tesón le llevó a superar estas contrariedades, y fue una buena jugadora de baloncesto y corredora en el instituto.

Wilma Rudolph (June 23, 1940 – November 12, 1994) was an American athlete. Rudolph was considered the fastest woman in the world in the 1960s and competed in two Olympic Games, in 1956 and in 1960.

En ocasiones aun nuestro propio cuerpo parece estar en contra nuestra, pero la fe, la determinación, la pasión y la disciplina pueden ser la combinación para lograr el éxito personal. En nuestra semblanza de hoy una historia de genuino triunfo:

Wilma Rudolph "La gacela negra"

Compilado por Graciela Sepúlveda

Es impresionante como este gran evento que pronto tendremos, las Olimpiadas, me ha hecho conocer gente valiosísima, grandes seres humanos que han luchado y pasado grandes adversidades y que han podidos salir adelante, y después de obtener sus triunfos para los que se prepararon, siguieron ayudando a los demás incansablemente. Son un gran ejemplo a seguir para todos nosotros y una motivación para que hagamos lo propio en el terreno o carrera en que nos desempeñamos. Hoy quiero compartirles la historia de Wilma Rudolph, una atleta extraordinaria, que sufrió limitaciones físicas que incluso le impidieron caminar…

Wilma Glodean Rudolph nació el 23 de junio de 1940 en Clarksville, Tennessee, U.S.A. dentro de una familia muy numerosa y fue ¡la número 20 de 22 hijos! Sus papás, Ed y Blanche Rudolph eran gente honesta y muy trabajadora, pero muy pobres. El señor Rudolph trabajaba como camarero en los ferrocarriles y la señora Rudolph cocinaba, lavaba y hacía limpieza para las familias blancas adineradas. Les tocó vivir una época muy dura, la Gran Depresión, y hacían todo lo posible para estirar el gasto, por ejemplo, le hacían a las niñas vestidos con los sacos de harina.

Wilma nació prematuramente y pesó sólo 2 kilos. Debido a la segregación racial, por ser de color, a ella y su mamá no les permitieron ser atendidas en el hospital local, pues era solo para blancos. Sólo había un médico negro en Clarksville, y el presupuesto de Rudolph era escaso, por lo que la madre de Wilma pasó los siguientes años amamantándola mientras sufría una enfermedad tras otra: sarampión, paperas, escarlatina, varicela y neumonía. Sin embargo tuvo que ser llevada al médico cuando descubrieron que su pierna y pie izquierdos empezaron a debilitarse y deformarse. Les dijeron que tenía poliomielitis, una enfermedad incapacitante que no tenía cura, y que la niña no volvería a caminar. Pero la señora Rudolph no se iba a dar por vencida con Wilma. Encontró que la niña podía ser tratada en el Meharry Hospital, la universidad médica para negros de la Fisk University en Nashville.

Aunque estaba a 80 kilómetros, la mamá de Wilma la llevó ahí dos veces por semana por dos años, hasta que fue capaz de caminar ayudada por un aparato ortopédico de metal. Entonces los doctores le enseñaron a la señora como dar la terapia de ejercicios físicos en su casa. Todos sus hermanos y hermanas ayudaron también a hacerle los ejercicios a Wilma, le daban masajes a sus piernas cuatro veces al día, y también hicieron todo lo posible para animarla a que fuera fuerte y trabajara duro para ponerse bien. Finalmente a los 12 años, pudo caminar normalmente sin muletas, aparatos o zapatos especiales, “cuando tenía 12 años” le dijo al Chicago Tribune, “desafiaba a todos los niños del barrio para correr y saltar”.- El apoyo incondicional de la familia, la fe en poder salir adelante sin importar los pronósticos de los médicos, el amor de los hermanos, todo esto infundió la fuerza necesaria para lograr lo que Wilma se propuso y la hizo salir adelante airosa-.

Fue entonces cuando decidió que quería ser atleta.

Wilma quería desesperadamente jugar basquetbol en secundaria, pero no podía convencer al coach de meterla al equipo. Cuando finalmente se animó a pedirle que le hiciera una prueba, accedió a hacérsela, aún así no la integraron el primer año, finalmente pudo ingresar ya que el coach quería a su hermana mayor en el equipo, su papá accedió solo si Wilma ingresaba al equipo también.

Pronto Wilma floreció como una gran jugadora de baloncesto. Durante su segundo año de secundaria anotó 803 puntos en 25 partidos, un nuevo record estatal para un equipo de jovencitas. También empezó a correr en la pista de la secundaria y teniendo 14 años atrajo la atención del entrenador de las mujeres de la Tennessee State University, Ed Temple. Temple le dijo que tenía el potencial para convertirse en una gran corredora, y durante las vacaciones de verano de la secundaria se entrenó con él y los estudiantes de Tennessee.

Corrió tan bien durante su último año de secundaria que calificó para las Olimpiadas de 1956 en Melbourne, Australia, donde ganó una medalla de bronce en la prueba de relevos 4 x 100. Wilma siguió muy pegada al atletismo y en 1959 calificó para los Juegos Olímpicos de 1960 en Roma, Italia. Wilma ganó tres medallas de oro, en las pruebas de 100 metros planos, 200 metros planos, -donde rompió el record mundial- y en los relevos 4 x 100, fue nombrada la mujer más veloz de la historia y fue la primera mujer americana en ganar 3 medallas de oro en una Olimpiada. -El esfuerzo da sus frutos, bien por Wilma!!!-.

Wilma se convirtió rápidamente en una celebridad en Europa y América. Las multitudes se reunían donde quiera que se presentaba. Después del tour europeo, posterior a los Juegos Olímpicos realizado por el equipo americano, Wilma regresó a su ciudad natal, Clarksville, y, según sus deseos, el desfile de celebración y el banquete en su honor fueron los primeros eventos totalmente integrados en la historia de la ciudad, donde por primera vez blancos y negros convivieron en una celebración.- Fue una gran defensora de los derechos humanos y la integración racial-.

Wilma fue invitada a la Casa Blanca con el presidente John F. Kennedy y empezó una ronda de cenas, premios y apariciones en la televisión.

Se retiró del atletismo en 1963, año en que recibió una beca completa para estudiar en la Universidad de Tennessee donde recibió su licenciatura en Educación Primaria, esto hubiera sido casi imposible viniendo de una numerosísima familia negra. Después de su retiro, Wilma trabajó como maestra en la Cobb Elementary School, siendo también entrenadora de atletismo en Burt High School, donde estudió y fue descubierta por su coach, y fue también comentarista de deportes en televisión nacional. Wilma fue también madre de 4 hijos.

Wilma compartió su extraordinaria historia con el mundo en su autobiografía “Wilma”, en 1977. Su libro se llevó a las pantallas de televisión. En los ‘80s fue incluida en el U. S. Olympic Hall of Fame y estableció la Fundación Wilma Rudolph para promover el atletismo amateur.

El 12 de noviembre de 1994 Wilma murió en su casa en Brentwood, Tennessee, debido a un tumor cerebral.

Wilma Rudolph, un excelente ejemplo de persona y heroína de nuestros tiempos y de mujer exitosa. Siempre tuvo confianza en ella misma y una actitud positiva; se enfocó siempre más en sus posibilidades que en sus incapacidades, y esto es lo que le dio la voluntad para nunca rendirse. Wilma Rudolph es una mujer inspiradora que rompió muchas barreras de incapacidad y se sobrepuso a muchos obstáculos inalcanzables, la niña que tuvo poliomielitis y que nunca volvería a caminar, sin embargo, llegó a ser la mujer más veloz del mundo. Así que ya lo sabes, no hay pretextos ni excusas, ni limitaciones que parezcan insalvables. Si realmente quieres, realmente puedes.

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