"No
es un pecado que te derriben, el pecado es quedarse tirado".
“It’s not a sin to get knocked down; it’s a sin to stay down.”
Carl Maxie Brashear (19
de enero de 1931 – 25 de julio de 2006) fue el primer afroamericano en
convertirse en Maestro de Buceo de la Marina de los Estados Unidos de América
en 1970. En el 2000, su servicio militar fue llevado al cine por Cuba Gooding,
Jr., en el filme Men of Honor (Hombres de honor).
Carl Maxie Brashear
(January 19, 1931 – July 25, 2006) was the first African American to become a
U.S. Navy Master Diver, rising to the position in 1970. His life story is
dramatized in the 2000 motion picture Men
of Honor, in which he was portrayed by actor Cuba Gooding, Jr.
Hoy la semblanza de un hombre que para alcanzar su sueño tuvo que vencer la hostilidad de un mundo que le cerraba las puertas, al racismo y a la más dura adversidad...
Carl Brashear, un hombre de honor...
Compilado por Graciela Sepúlveda
Carl Brashear y
Cuba Gooding, Jr.
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Hoy
le dedicamos este espacio a un hombre que nos enseñó que no importa el tipo de
trabajo, la hostilidad de los demás, los prejuicios sociales o los obstáculos
que se presenten, todo puede ser superado y puedes alcanzar tu sueño si lo
deseas con pasión y pones todo tu empeño en ello. Carl Brashear fue un hombre
que siempre mostró una gran determinación y que no solo abrió las puertas para
él sino para otros como él, veamos como superó los obstáculos que se le
presentaron en la vida…
Carl Brashear nació el 19 de enero de 1931
en Tonieville, Kentucky, en los Estados Unidos y fue el sexto de ocho hijos de
unos agricultores, en 1935 la familia se instaló en una granja en Sonora,
Kentucky. Desde muy pequeño amaba estar en el agua y en muchas ocasiones se escapaba
a nadar en lugar de ir a la escuela. Finalmente renunció en el séptimo grado y
empezó a trabajar en una estación de servicio. En 1948, cuando tenía 17 años,
Carl se unió a la Marina de los Estados Unidos como cocinero. Pronto se dio
cuenta que quería más cuando vio las prácticas de buceo en el barco donde
prestaba sus servicio, él quería ser buzo.- Carl
Brashear tuvo la oportunidad de conocer su vocación desde muy pequeño y la
satisfacción de poder ir tras ella, no importaba lo que le costara-.
Carl hizo una solicitud para la escuela de
buceo, pero se encontró con muchísimos comentarios negativos. El jefe de
personal le dijo que la Marina no tenía ningún buzo “de color”, a lo que Carl
respondió: “La Marina está a punto de
tener uno”. Tuvo que hacer muchas solicitudes y papeleo, pero finalmente,
en 1953, fue inscrito en el programa de buceador de aguas profundas. Cuando
llegó a la escuela de buceo el oficial de formación creyó que estaba ahí para
ser el cocinero. La vida no fue nada fácil en la escuela. Algunos oficiales e
instructores intentaron todo lo posible para sacarlo del programa, se enfrentó
a una extrema dosis de racismo. Encontraba en su litera notas que decían: “¡Hoy te vamos a ahogar, negro!” y “No queremos ningún buzo negro”. Sin
embargo, Carl, mostrando una enorme fortaleza siguió adelante. Afortunadamente
el contramaestre de primera clase lo estimulaba a terminar y finalmente se
graduó.- Con la decisión y determinación
que tenía de alcanzar su objetivo pudo aguantar toda clase de maltratos y
sobreponerse, además contaba con la ayuda del contramaestre, siempre hay
alguien bueno a nuestro alrededor-.
Después de graduarse regresó a su barco, el
portaaviones Trípoli. Tres meses más tarde fue trasladado a la nave de
salvamento y rescate oportuno. Amaba su vida en la Marina siendo buzo. Pero él
quería más, no estaba satisfecho con el buceo con aire ya que por lo general no
funciona a profundidades mayores de 285 pies. Después de 7 años presentó su candidatura
para su entrenamiento como buzo de primera clase en US Navy Deep Sea Diving School en Washington D.C., sin embargo no
lo logró. Este tipo de buceo era en extremo pesado, pero ese no era el problema
para Carl, su problema era la teoría del buceo: física, medicina, dinamismo,
técnicas de salvamento, etc. Se inscribió en el US Armed Forces Institute y trabajó durante 3 años para dominar las
matemáticas, la física y la química necesarias, recibiendo la equivalencia de
la escuela secundaria. De regreso a US
Navy Deep Sea Diving School ahora si lo logró, graduándose como el tercero
de su clase.- Todo el tiempo que tuvo que
esperar y estudiar para poder continuar avanzando hacia su meta valió la pena y
no lo desanimó, al contrario, buscó cubrir todos los requisitos indispensables
para lograrlo y lo logró, ¡bien por él!-.
Para 1965, a bordo del USS Shakori, se convirtió en el Jefe
Contramaestre del barco, y así empezó a avanzar poco a poco en su camino en la
obtención de rangos cada vez más altos en la Marina. Pronto se convirtió en
Buzo Líder, después Oficial en Curso de Cubierta y luego Buzo Maestro y Jefe de
Servicios del Puerto. A continuación lo impensable ocurrió. Carl sufrió la
experiencia más dolorosa de su vida y que ponía en riesgo su carrera.
En 1966 la Fuerza Aérea perdió una bomba
nuclear en la costa de Palomares, España. La Marina fue a recuperar la bomba.
Hicieron una réplica de la bomba para ver como aparecería en la pantalla del
sonar, fue un trabajo muy lento pues tardaron varios meses en encontrarla.
Después de localizarla Carl Brashear y su equipo la acercaron a la superficie,
después trajeron un barco para poner en cubierta la bomba y guardarla ahí. Sin
embargo una línea de amarre de la grúa se rompió poniendo en peligro a todos
los que estaban ahí. Brashear empezó a empujar a todos los marineros que pudo
antes de que un tubo se desprendiera, volara a través de la cubierta y le
rompiera la pierna por debajo de la rodilla. Lo que sucedió después cambiaría
para siempre la vida de Brashear, primero para mal y después para bien.- Siempre se ha dicho que todo lo que nos pasa
es por algo y para algo, y al final siempre trae algo bueno y en el caso de
Carl lo veremos a continuación.-
La pierna de Carl sufrió múltiples
fracturas, mar adentro, sin doctores ni morfina, tuvo que aguantar con solo dos
torniquetes. Esperó por cuatro horas con la pierna totalmente mutilada y sin
atención médica a que un helicóptero lo llevara a la base aérea de Torrejón,
para ese momento ya estaba inconsciente y casi dado por muerto. Una vez
estabilizado su ritmo cardíaco le pusieron 9 litros de sangre para
que volviera en sí. Su pie se empezó a infectar con gangrena antes de que fuera
transferido a un hospital en Alemania donde los doctores le dijeron que
tardaría tres años para que pudiera caminar con aparatos. El deseo y la
determinación de Brashear de llegar a su meta de ser un buzo maestro (el máximo
rango para un buzo en la Marina) era muy fuerte, así que pidió que se le
enviara a Estados Unidos.
En Estados Unidos, en un hospital de
Portsmouth, Virginia, los doctores le dijeron que podían acortar su
recuperación a 30 meses. Eso no era suficiente para Carl, así que pidió que le
amputaran su pierna por debajo de la rodilla. Y para Carl, cuya fortaleza tenía
a los doctores asombrados, no era la pérdida de su pierna lo que le preocupaba,
sino cuándo podría regresar a bucear, una hazaña que los doctores veían con
gracia y como algo imposible.
El consejo que su padre le
dio siempre hizo eco en su mente “Sé el
mejor”, usó su terca determinación a pesar de lo inverosímil que su
objetivo pudiera parecer. Empezó a leer libros sobre amputados que habían
tenido éxito postquirúrgico y otros sobre cómo mantener una actitud saludable a
pesar de su reciente tragedia. Después de recibir su pierna ortopédica Carl
cumplió su promesa a los médicos de que no volvería a usar una muleta, una vez
más se burlaban, y de nuevo, salió sin ella del hospital. Carl Brashear tomó un
autobús a Portsmouth, Virginia donde trató de convencer a los oficiales de
Marina para entrar a la escuela de buceo y se le permitieron pero con poco
equipo, le tomaron algunas fotos para llevarlas al hospital donde fueron
puestas en su reporte. Sin embargo no recibió ayuda de la junta de educación
física ni de los hospitales navales, pero él siguió su camino y siguió
rehabilitándose. Más tarde fue llamado de nuevo por la junta directiva y
enviado a pasar una semana en alta mar en la escuela de buceo para ver si
realmente estaba apto para el servicio. Hizo las pruebas frente al capitán,
comandantes y varios miembros de la junta médica.- Determinación, trabajo,
esfuerzo y más esfuerzo-.
“Me
vieron sumergirme durante una semana, correr alrededor del edificio, hacer
ejercicio físico y calistenia” decía Brashear.
Finalmente fue admitido de nuevo en la escuela de buceo. Brashear empezó a
entrenar a los jóvenes reclutas sin que ellos supieran que no tenía una pierna.
Todos los días se quejaban del fuerte entrenamiento a los que los enfrentaba Brashear
sin piedad. Luego, en la tercera semana
de entrenamiento mientras estaban en la
alberca los reclutas, Carl se les apareció con su pierna bajo el brazo, casi
les da un infarto cuando vieron que el hombre que los lideraba, con quien
platicaban y que los hacía nadar hasta la muerte tenía una sola pierna. Esto
fortaleció a los muchachos y fue una
gran herramienta de motivación para ellos.
Carl Brashear fue reintegrado a fines de
1977. Se retiró de la Marina como un Buzo Maestro y como Oficial en Jefe
Maestro. Hizo estudios de ciencia ambiental en Maryland y Virginia. Después
trabajó para el gobierno en diferentes cargos incluyendo los de ingeniero
técnico y especialista en protección ambiental.- Finalmente logró su meta!!!!-.
Recibió muchos premios y medallas entre
ellos: ocho veces premio de Buena Conducta, Medalla de Logros en la Marina,
Medalla de las Naciones Unidas, y muchas más, también conoció al presidente
Eisenhower quien le regaló un cuchillo que decía “Para Carl M. Brashear de Dwight D. Eisenhower, 1957. Muchas, muchas gracias”.
Varios barcos, entre ellos uno de la Marina de los Estados Unidos llevan su
nombre en su honor.
Carl Brashear murió el 25 de julio del 2006
de fallas respiratorias y cardiacas en el Centro Médico Naval en Portsmouth,
Va. Tenía 75 años.
Sus hijos crearon la fundación Carl
Brashear cuyo fin es dar a conocer el legado de su padre en diferentes museos
de Estados Unidos y con lo que se recauda se hacen contribuciones para varios
hospitales de veteranos en Estados Unidos.
Su vida fue llevada a la pantalla en el
2000 con el nombre de “Hombres de Honor”, una película muy
recomendable y motivadora para toda la familia.
Carl Brashear será recordado no sólo por
ser el primer buzo afro-americano en la Marina y el primer buzo amputado, sino
por haber sido un hombre que enfrento tremendos obstáculos y adversidades y que
¡GANÓ!.
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