Una historia para hoy domingo...
A Sunday story...
(Below)
¡Espero que tu caja esté
vacía!
Era el día dieciséis del mes 12° en la celebración de su cumpleaños 75, cuando
decidió que era hora.
Después de haber estado
felizmente casado, de haber criado tres hijos, y de seguir con gran éxito en el
negocio familiar heredado de generaciones anteriores, este hombre, ya frágil,
tenía que tomar una decisión.
Su salud no había sido
buena en los últimos años y el estrés de mantener el negocio en pie estaba
empezando a desgastarlo.
El reto era decidir cuál
de sus hijos ocuparía su lugar.
Cada uno tenía la
experiencia. Cada uno era capaz de ayudar a que siguiera creciendo en el
futuro.
Pero cada uno tenía
diferentes valores personales.
Cuando estaban los tres
reunidos para celebrar el cumpleaños del padre; él disimuladamente se los llevó
a otro lado, lejos del resto de la familia, para anunciarles su retiro.
"Padre, no puedo imaginar un día sin ti como
jefe de la empresa ", dijo
uno.
"Estamos seguros de que vamos a flaquear sin
ti, pero te mereces un descanso", dijo otro.
"Tú eres la empresa", intervino el
último.
Luego se hizo un silencio
incómodo. Sin duda, la pregunta en sus mentes era: "¿Quién se quedaría su
lugar?"
El anciano caminó hacia
la esquina de la habitación donde había tres cajas.
"Vengan, cada uno de tome una de estas cajas.
Son del mismo tamaño. El primer día del año nuevo, cuando volvamos aquí para
celebrar, quiero que cada uno de ustedes traiga su caja llena de lo que crean
que son los activos más valiosos de este negocio. Basándome en sus respuestas,
voy a decidir quién asumirá el cargo de presidente ", dijo el padre.
Hubo muchas quejas,
confusión y discusiones tan pronto como el padre salió de la habitación.
Durante los siguientes 15
días las familias y los empleados pudieron sentir un fuerte espíritu de
competencia entre los hermanos. Uno de ellos llevaba la caja casi a todas
partes a donde iba. Otro corría de un departamento a otro pidiendo registros e
inventarios. El tercero, simplemente dejó la caja en su escritorio.
Era el primero de enero y
la familia una vez más se reunió para celebrar. Después de la cena el padre
llamó a sus hijos.
"Bueno, es el momento. Por favor compartan
conmigo lo que han puesto en su caja", dijo el padre.
El primer hijo, ansioso
por superar a los demás, se puso de pie y comenzó.
De la caja sacó el libro
mayor de la empresa, diciendo: "Esto
padre, es la verdadera medida de nuestro éxito. No existe una representación
mejor que el balance de la empresa."
"Simple y directo", dijo el padre.
Señalando al segundo
hijo, le pidió que continuara.
"¿Dónde está tu caja?" preguntó el padre.
"Está afuera, en la parte trasera del camión.
La caja que me diste era muy pequeña. Hay diez de nuestros empleados listos para traer cada uno los artículos que
he reunido."
El padre se acercó a la
ventana y desde esa distancia podía ver que su hijo había reunido muchas de sus
posesiones personales; un barco al fondo, colecciones de arte poco común,
antigüedades y lo que parecían ser dos guardias uniformados de pie junto a una
caja grande.
"¿Qué hay en la caja? " le preguntó el padre.
"Las joyas de mi esposa", respondió el hijo. “¿Quieres que ordene que las traigan?”
"¡No!, ya he visto suficiente", dijo el padre.
Con un profundo suspiro y
un tono de tristeza, le dijo al último hijo, "¿Qué valores tienes para compartir?"
El hijo se puso de pie y
le entregó a su padre la caja.
El anciano miró en el
interior y con gran conmoción y sorpresa miró a su hijo.
"¡Está vacía!" dijo el padre-. "¿Me estás diciendo que no has encontrado nada de valor en la
empresa familiar?"
"Por el contrario," dijo. "Lo
que me pareció más valioso no lo podía poner en una caja, ni en la parte
posterior de mil camiones, o garabateado en el balance de un libro."
La cara del padre se
iluminó cuando regresaba a su silla.
"¿Cómo se mide el valor del compromiso, la
calidad, la honestidad y la honradez? ¿Qué tamaño de caja podría contener la
fidelidad de nuestros empleados y clientes? ¿Las organizaciones de caridad que
apoyamos a través de los años caben en los camiones más grandes de nuestra
flotilla? ¿Qué tan grande sería el auditorio que necesito para reunir a las
familias de nuestros compañeros de trabajo que se han beneficiado con nuestra
generosa paga y plan de salud? ¿Dónde puedo colocar a las empresas locales con las
que nos hemos comprometido a negociar para que la comunidad en que vivimos se
mantenga firme?
Por último, padre, las posesiones más valiosas que
tengo son tu amor y el de mi madre, los valores familiares, tu sabiduría,
compasión y el amor de Dios. Mira de nuevo dentro de esa caja. No están ahí. El
resultado de todo esto está aquí, parado delante de ti."
Estaba clara la decisión
que se hizo ese día.
Llegará un momento en que
a cada uno de nosotros nos pedirá nuestro Padre que compartamos lo que más valoramos.
Espero que tu caja esté
vacía.
Bob Perks
Bob Perks es un autor y
orador inspirador. El nuevo libro de Bob “Te
Deseo lo Suficiente” ha sido publicada por Thomas Nelson Publishers. Es una colección de historias basadas en
sus ocho deseos expresados a continuación. Disponible a través de su librería
favorita o en línea. Visita:
"Te deseo lo
suficiente!"
(c) 2001 Bob Perks
Te deseo suficiente sol
para mantener tu actitud iluminada.
Te deseo suficiente
lluvia para que aprecies mejor el sol.
Te deseo suficiente
felicidad para mantener tu espíritu vivo.
Te deseo suficiente dolor
para que las más pequeñas alegrías de la vida las vean mucho más grandes.
Te deseo suficientes
ganancias para que puedas satisfacer tus necesidades.
Te deseo suficientes
pérdidas para que aprecies todo lo que posees.
Te deseo suficientes
“Holas” para que te lleven hasta el “Adiós” final.
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I hope your box is empty!
It was on
the sixteenth day of the 12th month celebrating his 75th birthday when he
decided it was time.
Having been
happily married, raising three boys, and continuing with great success, the
family business handed down from generations before him, this now frail man had
to make a decision.
His health
had not been good over the past few years and the stress of keeping the
business on course was beginning to wear on him.
The
challenge was in deciding which one of his sons would take his place.
Each boy
had the experience. Each one was capable of helping it grow in the future.
But each
had different personal values.
As they
gathered together to celebrate Father's birthday, he quietly pulled them aside
from the rest of the family to announce his retirement.
"Father,
I can't imagine a day without you as the head of the business," one said.
"We
are sure to falter without you, but you deserve some rest," another said.
"You
are this company," the last chimed in.
Then there
was an uneasy silence. Surely the question playing on their minds was "who
would take his place?"
The old man
turned and walked toward the corner of the room where there were three boxes.
"Come,
each of you take one of these boxes. They are of equal size. By the first day
of the new year when we return here to celebrate, I want each of you to bring
your box filled with what you believe to be the most valuable assets of this
business. Based on your choices, I will decide who will take over as the
chairman," father said.
There was
much grumbling, confusion and discussion as father left the room.
During the
next 15 days the families and employees could sense a strong competitive spirit
between the boys. One carried the box nearly everywhere he went. Another ran from
department to department asking for records and inventories. The third simply left
the box at his desk.
It was
January 1st and the family had once again gathered to celebrate. Right after
dinner father called the boys aside.
"Well,
it is time. Please share with me what you have placed in your box," father
said.
The first
son, eager to outdo the others, jumped to his feet and began sharing.
From the
box he pulled the business ledger, saying "This father, is the true
measure of our success. There is no greater representation than the bottom
line."
"Simple
and direct," father said.
Pointing to
the second son, he asked for him to share.
"Where
is your box?" father asked.
"It is
outside on the back of truck. The box you gave me was much too small. I have
ten of our employees out there ready to bring in each of the items I have
gathered."
Father
walked to the window and from that distance could see his son had gathered many
of his own personal possessions; a boat hitched to the back, collections of rare
art, antiques and what appeared to be two uniformed guards standing next to a
large box.
"What
is in the box?" fathered asked.
"My
wife's jewels," the son replied. "Shall I order them to bring them
in?"
"No! I
have seen enough," father said.
With a deep
sigh and tone of sadness, he said to the last son, "What valuables do you
have to share?"
The son
rose to his feet and handed his father the box.
The old man
looked inside and with great shock and surprise looked up at his son.
"It's
empty!" father said. "Are you telling me that you have found nothing
of value in the family business?"
"To
the contrary," he said. "What I found most valuable I could not place
in a box, on the back of a thousand trucks, or scribbled on the bottom line of
a ledger."
Father's
face lit up as he returned to his chair.
"How
does one measure the value of commitment, quality, honesty, and
trustworthiness? What size box would hold the loyalty of our employees and
customers? Would the charities we supported through the years fit into the
largest trucks in our fleet? How big of an auditorium would I need to gather
the families of our coworkers who have benefited from our generous pay and
health plan? Where would I place the local companies we have committed to deal
with so that the community we live in stays strong?
Finally,
father, the most valuable possessions I personally hold are the love of you and
mother, family values, your wisdom, compassion and love of God. Look again
inside that box. They are not there. The result of all of that is here standing
before you."
It was
clear what decision was made that day.
There will
come a time when each of us will be asked by our Father to share what we value
most.
I hope your
box is empty.
Bob Perks
Bob Perks
is an inspirational author and speaker. Bob's new book I Wish You Enough has
been published by Thomas Nelson Publishers. A collection of stories based on
his Eight Wishes expressed below. Available through your favorite bookstore or
online. Visit www.BobPerks.com
"I
Wish You Enough!"
(c) 2001
Bob Perks
I wish you
enough sun to keep your attitude bright.
I wish you
enough rain to appreciate the sun more.
I wish you
enough happiness to keep your spirit alive.
I wish you
enough pain so that the smallest joys in life appear much bigger.
I wish you
enough gain to satisfy your wanting.
I wish you
enough loss to appreciate all that you possess.
I wish you
enough "Hello's" to get you through the final "Goodbye."
Esta historia fue publicada originalmente en Inglés en “Insight of the Day” por Bob Proctor.
This story was originally published in English in “Insight of the Day” by Bob Proctor.
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