sábado, 11 de junio de 2011

¿A qué le temes?...

"Nuestro temor más profundo no es que seamos deficientes.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin medida.
Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta.
Nos preguntamos, ¿Quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿Quién eres para no serlo? Eres un hijo de Dios.
Hacerte el insignificante no le sirve al mundo. No hay nada maravilloso en auto disminuirse para que otras personas no se sientan inseguros a tu alrededor.
Todos estamos destinados a brillar, como hacen los niños.
Hemos nacido para manifestar la gloria de Dios que está dentro de nosotros. No sólo en algunos de nosotros, si no en todos. Y cuando permitimos que nuestra luz brille, inconscientemente damos permiso a los demás a hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros."

Nelson Mandela

Nelson Mandela
Nelson Rolihlahla Mandela (nacido en Mvezo, el 18 de julio de 1918), conocido en su país como Madiba, abogado y político, fue el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal así como el líder del Umkhonto we Sizwe, el brazo armado del Congreso Nacional Africano (CNA).

En 1962 fue arrestado y condenado por sabotaje, además de otros cargos, a cadena perpetua. Estuvo 27 años en la cárcel, la mayoría de los cuales estuvo confinado en la prisión de Robben Island. Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, Mandela lideró a su partido en las negociaciones para conseguir una democracia multirracial en Sudáfrica, cosa que se consiguió en 1994 con las primeras elecciones democráticas por sufragio universal. Mandela ganó las elecciones y fue presidente desde 1994 hasta 1999, dando frecuentemente prioridad a su reconciliación.

La frase original:

Our deepest fear is not that we are inadequate. Our deepest fear is that we are powerful beyond measure. It is our light, not our darkness, that most frightens us. We ask ourselves, who am I to be brilliant, gorgeous, talented, and fabulous? Actually, who are you not to be? You are a child of God. Your playing small doesn’t serve the world. There’s nothing enlightened about shrinking so that other people won’t feel insecure around you. We are all meant to shine, as children do. We are born to make manifest the glory of God that is within us. It’s not just in some of us, it’s in everyone. And as we let our own light shine, we unconsciously give other people permission to do the same. As we are liberated from our own fear, our presence automatically liberates others.”
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