Compilado por Graciela Sepúlveda
Hace unos días escuché
en la radio una entrevista a Virginia Sendel, y recordé a la mujer culta,
talentosa, con una gran personalidad, trabajadora, y a quien una gran tragedia le
cambió el rumbo de su vida y la llevó por el camino del servicio y la ayuda a
los niños que han sufrido quemaduras graves…
Rebeca Iturbide |
Virginia Sendel Iturbide nació el 15 de noviembre de 1944 en
la ciudad de México, sus padres fueron el tenista Federico Sendel y la actriz
del cine mexicano Rebeca Iturbide. Desde pequeña siguió los pasos de su padre y
a los 6 años empieza a jugar tenis, llegando a ser campeona nacional infantil y
juvenil.
Al mundo del tenis le debe su matrimonio y se puede decir
que su carrera periodística, pues a su
esposo lo conoció en un torneo de tenis, era un gran tenista y llegó a ser el
capitán del equipo de la Copa Davis, Ives
Lemaitre, y en cuanto a su carrera periodística, ella cuando veía desde su
hogar el noticiero “24 Horas” con
Jacobo Zabludovsky notaba que faltaba gente que supiera de tenis, así, por
medio de una amiga que conocía a alguien de Televisa ofreció sus servicios,
cual va siendo su sorpresa que unos días después le llaman de parte de Jacobo
Z. y le piden que vaya a una entrevista, y
¡se quedó en el noticiero! Más adelante empezó a cubrir entrevistas de
todos los temas, con grandes personalidades. Con su cultura, con los idiomas
que sabía (inglés y francés), con su personalidad y con las ganas que le echaba
a su trabajo logró destacar en todo lo que hacía.
Poco después la nombraron directora de los noticieros de fin
de semana, empezó a dirigir “24 Horas”
del sábado, Semanario PM domingo y Cápsulas informativas de 5, 5.
En el ’89 produjo los programas “México Mágico”, “De Mujer a Mujer”, “Increíble” y “Fantástico Animal”.
Llegó a ser Vicepresidenta de Televisa.
Después la pasaron a la XEW como directora a donde llegó
llena de ideas y de energía, elevando el rating de la estación a niveles que
nunca había tenido.
Llegó el año 1997, un año lleno de tristeza para Virginia,
durante este año muere su padre, al poco tiempo el padre de sus hijos, Ives, se
habían divorciado años antes, pero siempre llevaron una muy buena relación, de
hecho Virginia lo cuidó en sus últimos días, y el 19 de diciembre de ese mismo
año, el hecho más doloroso que una madre puede sufrir, la muerte de su hija y
de un nieto.
Su hija Michou (Michelle) tenía 4 hijos y vivía en una casa
de 3 pisos, ese día hicieron corto circuito las luces del pino de navidad y
empezó un incendio en el primer piso, Michelle salvó a dos de sus hijos a
quienes lanzó de una ventana del segundo piso a la terraza de una vecina, pero
regresó al interior para intentar rescatar a Camila, entonces de tres años, y a
Mau, de cinco, sin saber que los bomberos ya los habían rescatado con
quemaduras severas.
Michou, murió calcinada; Cami y Mau fueron trasladados a un
hospital del Distrito Federal, en donde Virginia se topó con un deficiente
servicio médico y fue entonces cuando por su mente pasó crear un organismo para
ayudar a víctimas de incendios: la Fundación Michou y Mau, de la que ella es
fundadora y presidenta.
"En el hospital de
México nos decían que si los movíamos (trasladar a los pacientes a un mejor
hospital) morirían y es al revés, un niño quemado, o cualquier quemado, entre
más pronto reciba atención especializada, en horas, tiene más posibilidad de
salir adelante”, dice Virginia.
“Diez días después,
Mau llegó infectado ya al Hospital Shriners de Galveston, Texas, a pesar de haber
estado en el mejor, o por lo menos el hospital más caro de México. Sus
posibilidades (de sobrevivir) fueron pocas aunque él tenía 50 por ciento de su
superficie corporal quemada, y Cami tenía 45 (por ciento). Mau se infectó en el
camino. Murió 20 días después del accidente” se lamenta Virginia, quien entiende que un accidente le costó la
vida a su hija, pero no entiende la muerte de Mau por falta de una adecuada
atención en México.
“Cuando vi que el personal del hospital
(Shriners) entregó su corazón y su alma e hicieron todo lo posible por sacar
adelante a Mau y me sacaron adelante a Camila en una forma maravillosa… ahí
mismo yo juré, el día que murió Mau, que a ningún niño mexicano le volvía a
pasar eso: morir por no recibir atención especializada”.
Michou, Mau y Lorenzo |
No existen las casualidades, la tarde de la tragedia Michou
iba a salir con unas amigas, pidió un
taxi y nunca llegó, pidió otro y tampoco llegó, entonces desistió de su salida,
si Michou no hubiera estado en su casa esa tarde, hubieran muerto sus 4 hijos,
Virginia comenta sobre esto que a ella no le hubiera gustado tener a su hija
viva, pero con el dolor de haber perdido a sus 4 hijos.
Transcurrieron casi tres meses del fatal accidente, cuando
Virginia regresó a México con Camila. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de
que no había vivido el duelo por la pérdida de Michou, pues había estado al pendiente
de la vida de sus dos nietos. Entonces se encerró en su casa llena de tristeza
y depresión. Llegaron las amigas de Michou, la sacaron de la cama y le dijeron:
“tú habías prometido hacer una fundación,
ahora te levantas y vamos. ¿A dónde se tiene qué ir? ¿Qué tenemos qué hacer?”
y la llevaron. Se firmó la “Fundación
Michou y Mau, I.A.P.” a los 15 días, en abril de 1998, y a los 15 días
tuvieron el primer traslado; no sabían con qué lo iban a pagar, se pagó con la
tarjeta de crédito de Virginia, sin tener apoyo económico atrás, pero a partir
de ese momento consiguieron “padrinos”
y nunca les ha vuelto a faltar para trasladar a un niño en riesgo de perder la
vida.
El costo para tratar a un niño quemado es elevado: sólo el
vuelo especial y el acondicionamiento requerido a Galveston vale 12 mil
dólares. A Boston, Cincinnati y Sacramento, 25 mil. Eso aparte de las
operaciones y la cirugía plástica.
Virginia dice que a la primera llamada le siguió otra, de
Guadalajara. La explosión de una pipa había envuelto a seis niños.
A la fecha, la fundación ha realizado mil 181 traslados de
niños a Estados Unidos. Cada uno, una historia. Eso sin contar los menores
atendidos en México, su rehabilitación, las cuatro unidades para quemados
creadas por sus instancias en el País y los miles de médicos capacitados en
Estados Unidos y México.
En casos de niños con secuelas agudas derivadas por
quemaduras, cuando presentan limitaciones motrices, profundas afectaciones
físicas y estéticas, o alguna situación de riesgo, se reciben en clínicas
semestrales para valoración, atención y tratamiento quirúrgico. Estas jornadas se realizan dos veces al año
en Toluca, Monterrey, Guadalajara, San Luis Potosí, Veracruz y Distrito
Federal, recibiendo en promedio de 150 a 300 casos en cada oportunidad,
contando con el apoyo de especialistas médicos del Shriners Burns Institute y
médicos asociados.
Desde 1998 han recibido a más de 5,000 niños, siendo 40% de
ellos canalizados por la gravedad de su caso para atención directamente en
Estados Unidos. Los casos de secuelas menores, son atendidos localmente por
médicos asociados y hospitales que colaboran con la misión de la Fundación
Michou y Mau.
Con el fin de que los niños no sufran quemaduras, hay que
enseñarlos como evitarlas. Con este
fin, se estableció la campaña nacional permanente de prevención “NO T-QMES”,
que enseña de forma didáctica y práctica a reconocer el peligro y evadir las
quemaduras. La campaña se basa en
canciones que llevan a ejercicios educativos, complementados con cuadernos de
dibujo, juegos de mesa, vídeos, capsulas y pósters informativos, además de
difusión por los principales medios de comunicación: televisión, radio, cine,
prensa escrita y anuncios públicos.
La mascota “Chispas” el perico bombero, es el personaje que
se encarga de enseñar a los niños cómo evitar las quemaduras y qué hacer en
caso de incendio. “Chispas” visita
centros educativos, culturales, recreativos y comunitarios, impulsando la cultura
preventiva.
Los cursos son impartidos por instructores voluntarios,
educadores y trabajadores sociales, que han recibido capacitación por la
Fundación Michou y Mau, I.A.P.
La Fundación Michou y Mau sacó a la venta un gel para
quemaduras que enfría la zona afectada, deteniendo el proceso por el cual sigue
quemándose el área, el cual no lo detiene el agua fría, ni la mostaza, ni la
mantequilla y todo lo que nos ponemos cuando nos quemamos, el gel se llama “Quema
Alive”.
Hoy, Virginia reconoce que al principio sus hijos no estaban
convencidos de su misión.
"Hoy son los más orgullosos", explica contenta,
sin embargo recuerda con tristeza:
"Para mí cada
chiquito quemado es Mau", dice cuando se le pregunta cómo ha mantenido
la fuerza. "Cada chiquito que
salvamos, Camila. Me involucro con todo mi espíritu en cada caso”.
"Michou, Mau y
Lore siempre estarán conmigo, pero mi vida ha salido adelante por el trabajo que
decidí hacer... Si no se me hubiera ocurrido, no sé dónde estaría".
Virginia Sendel ha
recibido muchos reconocimientos a través de su vida, tanto por su labor
periodística, como por su labor altruista, sin embargo, el mayor
reconocimiento, y que la llena de orgullo y satisfacción es ver la cara de
felicidad de los papás de los niños que han sufrido quemaduras, cuando han
salido adelante. Un ejemplo a seguir de una mujer exitosa en todos los
aspectos, que supo encauzar el dolor y convertirlo en una fuente de bienestar
para los demás.
Si quieres conocer más de Virginia
Sendel de Lemaitre te invitamos a ver el siguiente video: Historias
Engarzadas - Virginia Sendel
Más que una biografía escrita, Historias Engarzadas ofrece
en su ABC las revelaciones sobre la vida personal y profesional en voz de los
famosos gracias a las interesantes entrevistas realizadas por Mónica Garza.
¡La fortaleza hecha mujer! Dios la bendiga
ResponderBorrarAyer ví un programa en Discovery, donde sacaron una entrevista con doña Virginia Sendel-LeMaitre... Qué mujer! Realmente me conmovió su terrible vivencia, y sobre todo, sus ganas de ayudar a otros. Sin embargo, por razones de tipo legal, no dejó claro cuales fueron exactamente las negligencias y errores del carísimo Hospital en la ciudad de México, y creo que es muy importante no dejar a un lado ese mal servicio, porque siempre habrá un padre, madre o pareja que se encuentre en el mismo caso: un hijo quemado, y que hacer y que NO hacer en esas primeras horas? Yo perdí a mi padre por negligencia médica, y sé por experiencia que el familiar no puede darse cuenta de todos los errores del hospital en el momento, sino que es después cuando uno empieza a entender todo lo que se hizo mal, las actitudes estúpidas y la necedad de muchos médicos cuando se topan con un caso para el que realmente NO están preparados: se fingen conocedores, y es entonces que comenten graves errores; por NO reconocer sus limitaciones, pero tampoco querer soltar al paciente, pues dejan de ganar dinero o prestigio, y el que termina pagando el pato es el pobre paciente. Por eso es importante retomar el tema de la negligencia. NO se trata de buscar culpables, sino de evitar que continúen equivocándose a costa de la gente. El carísimo hospital en México no dejó de cobrar sus múltiples cargos, que no sirvieron para nada y sólo agravaron al paciente. En cambio, el hospital Shriner's fue de Beneficencia... qué diferencia: un grupo de médicos haciendo bien, mientras otro grupo (en México), sacándole dinero a más no poder a sus "clientes".
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